El milagro del virus A

El virus H1N1 ha conseguido el milagro de poner de acuerdo a PSOE y PP para hacer frente a la alarma sanitaria provocada por la pandemia. Curiosamente una gripe de nombre tan vejatorio como "porcina", que los expertos ya califican de muy contagiosa pero, de momento, de consecuencias leves, ha logrado lo que no han conseguido cuatro millones de parados: un frente común de la clase política.

   Más asombroso aún resulta oír hablar a un alto cargo del PP (en este caso se trata de Ana Pastor, médica y mujer prudente) de que la ministra está haciendo bien las cosas y que la comunicación entre ambas es diaria y permanente. Los votantes de ambos partidos, esos oscuros objetos del deseo solo en los días previos a una cita electoral, se preguntarán, sin duda, cómo ante la gravedad de la crisis que nos atenaza no hay forma de lograr un punto de encuentro.

   Por un lado las propuestas y medidas del ejecutivo de Zapatero son consideradas como fracasadas e inútiles por Rajoy y su ejecutiva (la verdad es que pocos resultados han dado hasta ahora teniendo en cuenta que duplicamos la tasa de paro de la UE). Por otro lado las propuestas del PP se consideran por el Gobierno como un intento de implantar el despido libre. ¿No sería lógico buscar un punto de encuentro intermedio como el informe elaborado por cien economistas de todas las tendencias con soluciones para salir de la recesión? 

   Los votantes, y parece que la clase política no es consciente de la extensión del cabreo, ya no soportan más el rifirrafe diario, el tirarse los trastos a la cabeza, las permanentes descalificaciones, la falta de acuerdo para enfrentarse a la peor situación económica desde la Segunda Guerra Mundial.

   Casi nadie se cree ya los optimismos de Zapatero; sobre todo por su propensión a decir que las cosas van mejor cuando los principales indicadores se empeñan en desmentirle. Pero tampoco confían en frases del tenor "con nosotros esto no habría pasado". Porque nadie, ni organismos internacionales, ni gobiernos, se olieron la entidad del batacazo. Lo que ahora se exige es que se remanguen todos y unidos, como frente a la gripe A, apoyen las medidas más efectivas para acabar con esta sangría del paro. Una plaga más grave que el temido virus H1N1.