En una nota interna, hecha pública este jueves, la Presidencia de CajaSur, asegura que cumplen los requisitos en lo que al mínimo coeficiente de solvencia se refiere. Dice que dicho coeficiente se sitúa en el 9,33%. El mínimo exigible por la autoridad monetaria es del 8% y la Entidad propiedad del Cabildo catedralicio cordobés no llega a cubrir este porcentaje, según fuentes próximas al Banco de España que argumenta, al respecto, un dato contundente para sustentar el incumplimiento: la tasa de morosidad a 30 de abril asciende al 6,60%.
Lo cierto es que, manejando unas u otras cifras y a pesar de las versiones discrepantes, de todos es sabido que la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Córdoba, CajaSur vive una situación límite y, a pesar de los desmentidos internos, el Banco de España les ha dado un ultimátum. O solucionan su situación, o se procederá a intervenir. La solución no es otra que buscar la fusión por parte de otra caja, andaluza a ser posible.
De nuevo surge Unicaja. La entidad que preside
Braulio Medel es, nuevamente, la salvadora tal y como sucediera en el caso de Caja Castilla la Mancha. Aunque si en este caso, las dificultades eran mayores, en el caso de la caja cordobesa, dichas dificultades hacen prácticamente inviable el proyecto de fusión. Sobre todo por la idiosincrasia de los gestores, vinculados a la Iglesia Católica y, históricamente, rivales de los representantes de la malagueña.
Otra candidata a salvar a CajaSur es CajaSol.
Santiago Gómez, presidente de la Entidad, calla y no hace comentarios mientras
Griñán intenta limar asperezas con el obispo de Córdoba y con el arzobispo coadjutor de Sevilla, y antiguo titular del obispado cordobés, J
uan José Asenjo, que parece haber decidido encontrar, personalmente, una solución. En la Institución eclesiástica saben que una intervención por parte del Banco de España significaría el final de su gestión, ya que serían apartados de la misma. Tampoco han logrado lo que pretendían en un principio, un acuerdo con las otras cajas dependientes de la Iglesia Católica en otras comunidades autónomas, Caja de la Inmaculada, CAI, y Caja círculo de Burgos, que andan en negociaciones para intentar fusionarse.
El panorama en las cajas de ahorro empieza a ser preocupante tanto para las autoridades económicas como para las monetarias. Las fusiones no acaban de cerrarse. El presidente de la Generalitat de Catalunya,
José Montilla ha advertido a las cajas la necesidad urgente de fusionarse porque es consciente de la situación que atraviesan dos de esas entidades en el Principado: Caixa Catalunya y Caixa Penedés. Y si La Caixa no sale en su auxilio, ambas podrían acabar también en el Fondo de Garantía de Depósitos.
En Castilla y León las cosas también empiezan a preocupar a las autoridades autonómicas. Pero aquí parece que la solución para los casos más extremos está a punto de culminar. Sobre todo en lo que a Caja Duero y Caja España se refiere.
Si (
No(
