Prometedor debú de Juan Carlos Rey ante una interesante novillada de Guadaira

Novillos de GUADAIRA, desiguales de presentación, con 2º, 3º y 4º chicos, con picante. 5º manso. El 1º aplaudido en el arrastre. FRANCISCO PAJARES: ovación tras aviso; ovación tras aviso. JUAN CARLOS REY: ovación; silencio tras aviso. PABLO LECHUGA: silencio en ambos. Plaza de Las Ventas, 25 de mayo. 19ª de Feria. Tres cuartos de entrada.
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Prueba superada. Para el debutante Juan Carlos Rey, en el que la torerísima tierra de toros que es Colmenar Viejo tiene puestas muchas esperanzas, que ojalá se cumplan, porque el chaval tiene unas finas y artísticas maneras, amén de valor y técnica. Habrá que verle de nuevo, pues se lo ha ganado.
 
La tarde tuvo dos importantes dificultades para los novilleros, el viento racheado que soplo durante gran parte del festejo y los novillos, que de tontos no tenía ni un pelo. Es más, fueron de esos ejemplares que tan poco gustan a los taurinos. No flojearon, los pegaron en varas, apretaron en banderillas y no se entregaban en la muleta, había que dominarlos.

Y claro esto sale a unos jóvenes incipientes en la profesión, para los ya colocados figurones, el toro flojo y tonto. Así esta esto y no hay quién lo cambie. Pero los novilleros no se afligieron y cada cual a su estilo lo intentó.

Francisco Pajares en el primero, el más noble de la tarde, realizó una faena con calidad en las primeras tandas con la mano derecha, tardó en coger la izquierda y  entonces, sacó tandas menos limpias. Mató de dos pinchazo y descabello tras ser avisado por la Presidencia.

En el que hacia cuarto de la tarde tuvo que salir a saludar al tercio como premio a su valor y pundonor, pues tras una faena con muchos enganchones sufrió dos aparatosas cogidas en sus dos intentos con la espada. Fue cogido feamente aunque sin consecuencias.

Juan Carlos Rey mostró cualidades en sus dos actuaciones con el peor lote. En su primero sacó buenas tandas con ambas manos, aunque en ciertos momentos resultaron enganchados. Mató de una buena estocada teniendo que saludar desde el tercio. En el quinto, un manso 'pregonao', le consiguió meter en vereda y sacarle tandas templadas con ambas manos, hasta que el toro se fue desengañado y ya sólo se los podía robar de uno en uno. Mató de dos pinchazos y estocada tras escuchar una aviso, recibiendo palmas.

Pablo Lechuga, tomó más precauciones pues al iniciar la faena a su primero recibió una voltereta, el novillo había apretado mucho en banderillas, por lo que las tandas fueron un tanto despegadas. Mató de estocada trasera atravesada, metisaca y casi entera, escuchando palmas. En el que cerraba festejo no consiguió acoplarse, los muletazos resultaban enganchados y terminó con tandas por bajo, que es como debería haberla empezado. Mató de pinchazo y media silenciándose su labor. También fue volteado y sufrió un un puntazo corrido en la pierna derecha y varios varetazos de pronóstico reservado.