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Ardilla roja

jueves 29 de marzo de 2007, 12:43h
Este roedor tan popular vive en los árboles, se alimenta de frutos secos y semillas. Vive en todo tipo de bosques, tanto de frondosas como de coníferas, y puede emplazarse desde el nivel del mar hasta los 2.150 metros. Si bien la presencia por el territorio nacional no es estable y falta en muchas áreas, particularmente en la zona oeste de la península. Tampoco está presente en las Islas Baleares. Es un animal muy sociable y simpático, que acepta la presencia humana sin dificultad, por lo que es habitual verla en parque y jardines.
La ardilla es una especie muy antigua, habiéndose encontrado restos fósiles con una edad estimada entre los 20 y 30 millones de años. En la actualidad la ardilla habita los cinco continentes, contando la familia (Esciuridus) con unas 350 especies, con hábitos tanto arborícolas como terrestres. Si bien en el territorio español tan solo está presente la ardilla roja (Sciurus vulgaris) y la ardilla moruna (Atlantoxerus getulus. Linnaeus, 1758), especie esta última que tiene limitada su presencia geográfica a la isla de Fuerteventura, donde fue introducida en 1965 procedente de África, contando con una importante población en la actualidad en esa isla.

En Europa, aunque la especie más abundante es la ardilla roja (Sciurus vulgaris), también está presente la ardilla gris o de Las Carolinas (Sciurus carolinensis), una especie alóctona de mayor tamaño que la ardilla roja que ha sido introducida en Gran Bretaña y Centro-Europa procedente de Norteamérica, donde se ha aclimato de un modo excelente, llegando a desplazar a la ardilla roja.

La ardilla roja, es un animal muy sociable y simpático, que acepta la presencia humana sin dificultad, por lo que es habitual verla en parque y jardines, donde acepta con agrado alimentos de las personas. Por el contrario en las sierras y lugares donde no está habituada a la presencia humana, al menor atisbo de movimiento o ruido huye con rapidez y trepa por los árboles para situarse fuera de su alcance.

Tanto el ascenso como el descenso es muy rápido gracias a las poderosas uñas con que cuentan sus cuatro patas (con 4 dedos la anteriores y 5 las posteriores). Las características anatómicas y movilidad de las patas delanteras, le permite al animal que pueda usarlas a modo de pequeñas manos, de las que se ayudan para sujetar los alimentos que pela y come.

El nombre de ardilla roja es ilustrativo del color de la capa de la especie, aun cuando la coloración puede variar significativamente entre los individuos y particularmente de una subespecie a otra. El pelaje del animal difiere sensiblemente de invierno cuando el pelaje o capa es más oscuro que en verano, aun cuando la principal característica que presenta el animal en verano con respecto al invierno, es que en invierno presenta largos y abundantes pelos sobre las orejas (pinceles auriculares) los que desaparecen y se caen en verano, para volver a aparecer nuevamente al llegar los rigores invernales al año siguiente.

Otro aspecto anatómico destacable en la configuración general del animal es la presencia permanente de una bien dotada y poblada cola, con aspecto voluminoso y esponjoso, que le sirve a la especie como punto de apoyo y, fundamentalmente, para equilibrar sus ágiles movimientos en los árboles, donde pasa la mayor parte de su vida, incluida la cría, para lo que construye unos característicos y curiosos nidos en las horquillas de los árboles, de forma esférica, de unos 20 a 30 cms. de diámetro, en los que acondiciona una cámara protegida con hojas y musgo en la que da a luz dos veces al año a sus crías: de 1 a 6, aunque normalmente son 3 ó 4 ejemplares.

El nido es de tal importancia en la etología de la especie que el individuo, muy solitario, suele poseer más de un nido en su territorio, que cuenta con un radio medio de 200 a 300 metros, al que los machos suelen delimitar con orina y otras marcas territorialistas, espacio en el que puede acondicionar hasta 6 nidos, aunque lo normal en que sean menos, de los que uno de ellos es el utilizado por la hembra para criar y los restantes para refugiarse, para descansar  o como despensa.

Alimentos
La ardilla se alimenta de forma fundamental de frutos secos y semillas, principalmente del pino (piñones) que pela con gran habilidad  de modo que una ardilla puede emplear unos 3 minutos en dejar completamente limpia una piña. También puede incluir en su dieta frutos otoñales, setas, brotes de ramas tiernas, líquenes, huevos o incluso pájaros, los que localiza en los árboles en los que se mueve con gran agilidad, pudiendo efectuar saltos de hasta cinco metros; acrobacias que realiza gracias a sus cualidades físicas y a tener muy desarrollado el sentido de la vista, lo que le permite calcular muy bien las distancias en sus rápidos movimientos.            

El agua es un factor condicionante en la presencia y supervivencia de la especie, de modo que precisa vivir en las proximidades de manantiales o arroyos que cuenten con presencia constante de agua. La ardilla no hiberna, estando activa todo el año, aun cuando disminuye su ritmo de vida en los días invernales más crudos, en los que permanece refugiada en su nido, donde acumula a lo largo del año, principalmente en el otoño, frutos secos y otras reservas con las que solventar sin dificultad esta adversidad. El excesivo calor (temperaturas en torno a los 35º C) también disminuye su capacidad metabólica.

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