Sabores agridulces

Hace unos pocos días, al repasar las cuestiones pendientes para cerrar el curso político, se apuntaban, sobre todo, tres: la financiación autonómica, el diálogo social y, acaso, la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatut catalán. El Gobierno no ocultó su satisfacción por haber resuelto el primero de esos asuntos, aunque dejaba al PP en posición incómoda. Y tampoco ha tenido dificultad en admitir ahora que en materia de diálogo social "ha pinchado", y no está en condiciones de celebrar nada, pese a sus esperanzas.

   En las últimas horas, ha proporcionado un desalentado comunicado sobre la actitud que vienen mantenido los empresarios de CEOE, a quienes pudo escuchar en la cena que se desarrolló el miércoles en la Moncloa. Zapatero ha reaccionado vivamente molesto y, dirigiéndose al presidente de los patronos, ha pronunciado lo que algunos llegan a interpretar como ultimátum a Díaz Ferrán: "Soy el presidente del Gobierno, que no se te olvide. Soy el presidente de todos los españoles, no sólo de los tuyos. Os doy 48 horas. Si esto no evoluciona, actúo como Gobierno", dice amenazante a los empresarios resistentes a aceptar un acuerdo en la mesa del diálogo social tras múltiples sesiones de trabajo. ¿Cabe alguna esperanza, a estas alturas de la partida? No parece fácil, si se recuerda la pésima opinión que sobre Zapatero tiene el presidente de la patronal, según se encargó de revelar un micrófono indiscreto, abierto cuando se pensaba cerrado a conversaciones privadas.

Tampoco ha tenido final feliz para el Gobierno, siquiera de momento, la deliberación que el Consejo del Poder Judicial ha tenido sobre el proyecto de aborto que promueve el Gobierno. Primero, el propio presidente del Consejo, el católico Dívar, que ha apelado a sus creencias para impedir el informe sobre la materia. Y luego, el vocal de CiU, que también frustró las últimas esperanzas de los proabortistas favorables al sistema de plazos. Es la primera vez que el órgano judicial no entrega un informe al Gobierno sobre una ley, con esa circunstancia sorprendente de que el presidente Carlos Dívar, elegido por Zapatero, haya sido, a la postre, quien ha impedido con su voto de calidad, la aprobación de un informe favorable, bloqueando el dictamen favorable a la reforma de la ley. De manera que ni el texto propuesto por la Comisión de Estudios, ni la enmienda, lograron los 11 votos precisos, de manera que la división en el Consejo, aunque su opinión no sea vinculante, pudiera haber asestado un golpe crucial a la ampliación del aborto. De hecho, los portavoces populares reclaman ya que el Gobierno retire el anteproyecto, porque entienden que, tras la opinión también contraria del Consejo fiscal,  "resulta evidente la falta de apoyo e la sociedad española a este proyecto. Por el contrario, en el PSOE se insiste en seguir adelante con la tramitación, por entender que el informe del CGPJ no es vinculante y que el proyecto dispone de apoyos suficientes en el Congreso para que el texto de la futura ley salga adelante".

   Decisión feliz, en cambio, ha resultado para casi todos la del Tribunal Supremo de disolver los grupos de los batasunos o proetarras de Acción Nacionalista Vasca (ANV), decisión por cuya virtud se obliga a los ediles de un centenar de ayuntamientos a convertirse en no adscritos, de manera que ni ellos ni los juntos de Alava y Vizcaya  podrán recibir subvenciones o ayudas públicas.

   Y en este recuento de luces y de sombras, la gran mancha negra propiciada en los últimos días de este cálido julio por los incendios forestales en una veintena de puntos del mapa de España, con un número espectacular de víctimas mortales, cuatro bomberos muertos en Tarragona y otro más fallecido en Teruel cuando se esforzaba en apagar otro incendio. Buena parte del país está en alerta ante la posibilidad de que el fuego aparezca, se intensifique o se reavive en sus bosques, en una temporada que ya parecía olvidada...