Este sábado se dio el pistoletazo de salida desde la plaza de Felipe II al rally con destino Malí, una gran fiesta de la aventura y la solidaridad en la que los vehículos de los participantes son muy variopintos: Ambulancias, 4 latas, Citröen Ax, Seat Pandas, Berlingo... y hasta un coche fúnebre.
La organización no pone límites: "Para participar en el Rally a Malí has de cumplir las siguientes reglas: Libertad de ruta, cada equipo podrá decidir por dónde llegar al destino, los participantes asumen los riesgos de esta experiencia sin que la Organización proporcione asistencia en ruta, donación del vehículo en destino y el compromiso recaudatorio para proyectos benéficos" (que no es imprescindible).
Los diecisiete equipos inscritos tomaron la salida de este particular rally desde el Palacio de los Deportes. Una iniciativa abierta a todo el que quiera aportar su granito de arena y esté ávido de aventuras.
Todos los participantes donarán su coche al llegar a Malí y aportarán una cantidad de 1.000 euros que en este caso irán destinados a la construcción de una escuela en la población de Goyle, comuna de Hombori.
Desde la organización señalan que es un rally en el que no hay vencedores ni vencidos ya que el único fin de esta aventura consiste en tratar de huir de la rutina, disfrutar de los contrastes de la Gran África y vivir una experiencia humanitaria muy formativa.
Por último explicaron por qué se había elegido Malí como destino. Señalaron que es una distancia, unos plazos y un presupuesto accesibles, un destino remoto, exótico y legendario.Aseguraron que África es el continente de la aventura. Sin olvidar que Malí es el cuarto país más pobre del mundo y relativamente "seguro". Por último destacaron que el país tiene lazos históricos culturales con España.
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