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¿Revolución o poder?

¿Revolución o poder?

lunes 03 de agosto de 2009, 16:15h

El debilitamiento presidencial se convierte en una obra social que alimenta esperanzas

Esto de estar casado con una colega no es tan simple como creía. El problema comienza cuando llego a mi casa, molido, y la primera pregunta que me recibe es: ¿cómo está la cosa hoy? Como si yo trabajara en la mesa de redacción de CNN en español.

Trato de salir del paso ileso con una respuesta prefabricada, pero no, ella quiere detalles, encuestas recientes y la nueva versión de nuestra presentación de escenarios, que en su opinión debe ser distinta a la de ayer.

En la época crítica, ella necesitaba información fresca y estructurada para rebatir comentarios malidicentes de sus relacionados, no sin antes mirarme con ojos de reproche y soltar alguna perla como: "mi vida, yo sé que los números son ciertos, pero por qué no te abstienes de decirlos y nos facilitas a todos la vida".

Cuando los números en cambio muestran un descenso de Chávez y mi popularidad se recupera en su entorno inmediato, el detalle debe ser aún mayor. Entregar información caliente sobre el debilitamiento presidencial se convierte en una obra social que alimenta esperanzas y espíritu de lucha.

Nuestro último episodio fue esta semana, rumbo a Washington, donde iba ajustando mi presentación para un "Think Tank" privado, cuando me inquirió directamente: "¿será que puedo verla?", una expresión muy condescendiente, considerando que estaba encerrado en un tren y sin opción de hacerme el loco.

No es que tenga algo en contra de compartir información, pero reconozco que este tema oficial contra las radios privadas y Globovisión me tiene hipersensible contra todo lo que huela a censura previa. Aún así, accedí. No pasé de la primera lámina sin el primer encontronazo. Trataba de responder la pregunta: ¿Qué busca Chávez? Con una infografía que rezaba: "El objetivo es la consolidación de su revolución (en mi opinión primitiva e ineficiente) y el vehículo para lograrlo es mantenerse en el poder (dado que no existe nadie más con la fuerza para validarla)".

La reacción de mi mujer fue inmediata: "esta lámina está al revés".

¿Qué quieres decir?, pregunté. "Muy simple. La realidad es que el objetivo central del tipo es quedarse en el poder per sécula seculórum y la consolidación de la revolución no es más que una excusa para perpetuarse en el poder".

En la medida en que se caldeaba el debate me quedaba claro que mi esposa pensaba que su tesis era la que mostraba lo peor del proceso chavista: "además de malo, es una farsa".

Nunca dije que no podría tener razón, simplemente planteé que no podía despreciarse el componente ideológico de la revolución y creo que éste es mucho más fuerte de lo que la mayoría ha creído durante años. Despreciar esa búsqueda es muy peligroso.

La pregunta importante es si la conexión ideológica es más fuerte que el deseo de mantenerse en el poder o no. Si mi esposa tiene razón y lo único importante es el poder en sí mismo, paradójicamente el problema podría ser menos grave, ya que los números indican que le será imposible avanzar radicalmente sin alborotar el avispero de una población que rechaza el modelo cubano, las expropiaciones y las violaciones de derechos ciudadanos. Para mantenerse en el poder, entonces Chávez se vería obligado a tomar acciones pragmáticas para calmar a las masas y, con esto sacrificar parte importante de su ideología. Si en cambio el objetivo es ideológico, la cosa se complica. Las decisiones podrían ser impopulares o de alto riego (como el control total de los medios) y aún así, el gobierno estar dispuesto a hacerlo con tal de consolidar su revolución y esto podría conducirnos incluso al conflicto y la represión a futuro.

Ya sé que uno no debe meterse en rollos conyugales de otros, pero en este caso están invitados a opinar, reconociendo que mis panas suelen estar de acuerdo con mi esposa.

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