A las siete de la tarde todo estaba preparado en la Basílica de Jesús de Medinaceli, en la plaza de Jesús, de la que debía salir en procesión la talla del siglo XVII del que es considerado 'el Señor de Madrid' sobre una carroza de unos 3.500 kilos de peso y cuatro metros de altura. Sin embargo, la lluvia, incesante durante toda la tarde y acompañada de granizo en algunos momentos, obligó a la organización a suspender la salida del Cristo. Los devotos de Jesús de Medinaceli, muchos de ellos llegados desde municipios de la región, no faltaron a la cita aunque, resguardados bajo los paraguas, sólo pudieron ver durante unos minutos la imagen de su Cristo a las puertas del templo.
La de Jesús de Medinaceli era una de las ocho procesiones que esta tarde debían desfilar por las calles de la ciudad pero, según informó el asistente eclesiástico de Hermandades y Cofradías del Arzobispado, Francisco Andrés Martínez, fueron suspendidas o tuvieron que regresar de modo apresurado a sus iglesias.
Este fue el caso del Santísimo Cristo de los Alabarderos que pasadas las siete de la tarde y al grito de "Al cielo con él" fue sacado a hombros del Palacio Real por miembros de su Congregación. Recibido con aplausos por los cientos de fieles que aguardaban su salida por la Puerta del Príncipe, el Cristo de los Alabarderos, una talla de los Hermanos Martínez vestida con faldón, avanzó por la calle de Bailén desafiando al mal tiempo. Sin embargo, la procesión de la Guardia Real tuvo que volver sobre sus pasos media hora después de su salida.
También salió la Hermandad del Silencio del Santísimo Cristo de la Fe con su santo y con Nuestra Señora de los Dolores, un paso de 1.000 kilos de peso levantado por treinta y dos mujeres que estuvieron acompañadas por miles de personas que ocuparon las calles de la capital.