Los ministros de Salud de los países miembros del bloque convinieron en Quito adquirirlas a través del mecanismo que dispone la Organización Panamericana de la Salud con su fondo rotatorio de provisión de vacunas. Con esta medida se apunta a obtener mejores precios y garantizar un acceso equitativo y oportuno de las poblaciones a la inmunización.
Bajo el título de "Declaración del Bicentenario de Quito UNASUR SALUD", la postura común se alcanzó luego de deliberaciones realizadas entre el viernes y el sábado por delegados técnicos de los países representados en el marco de la reunión del Consejo de Salud Suramericano y Comité Coordinador, a las que se sumó el ministro de Salud argentino, Juan Manzur.
Al justificar lo resuelto durante el encuentro, el funcionario dijo que "hay países desarrollados y con gran poder de compra que ya han comprometido la adquisición de un número importante de dosis, por lo cual generamos un pedido para que se establezca equidad en la distribución entre la población en función de las necesidades".
"También apuntamos a que se fijen criterios de prioridad, porque si el primer mundo compra todas las vacunas disponibles esto será en desmedro del resto de los países", agregó.
Manzur dijo que hay información disponible que asegura que los países desarrollados "ya hicieron precontratos con diferentes laboratorios para vacunar a toda su población", lo que derivaría en que otras naciones con menor capacidad de compra "no puedan proteger a sus grupos más vulnerables".
En la misma línea, el titular de la cartera sanitaria argentina afirmó que la propuesta de la presidente Cristina Fernández de Kirchner en el sentido de flexibilizar las patentes medicinales "fue ampliamente avalada en la reunión porque la salud es un bien público que está por encima de cualquier tratado o situación comercial previamente establecida".
Por su parte, la ministra de Salud de Ecuador, Caroline Chang, afirmó que "se establece un compromiso para no comprar individualmente, por encima de los precios establecidos por el fondo rotativo de la Organización Panamericana de la Salud, evitando que intereses comerciales aprovechen el pánico de la pandemia".
Y destacó que "el liderazgo de la Organización Mundial de la Salud para apoyar la negociación con los laboratorios y los países del primer mundo que tienen pre comprada la vacuna, de tal manera que se garantice el acceso a la población más vulnerable de los países de la región".
De la reunión tomaron parte, además de Chang y Manzur, Esperanza Martínez (Paraguay), Ramiro Tapia (Bolivia), Oscar Ugarte Ubiluz (Perú), Diego Palacio Betancourt (Colombia), Gilberto Ríos (Uruguay) y Reinaldo Felipe Guimaraes (Brasil).
En el documento suscripto, los ministros de Salud de la UNASUR reconocieron que "la pandemia constituye una oportunidad y desafío para la región" y acordaron "un plan estratégico de innovación, trasferencia de tecnología y producción de vacunas a fin de lograr el abastecimiento de la región".
Además, destacaron "la supremacía de la salud pública por sobre los intereses comerciales y la importancia de reafirmar el derecho de los países de utilizar las flexibilidades contenidas en los acuerdos internacionales frente a un posible escenario de productos bajo patente".
Este último enunciado está en línea con la postura argentina expresada en la reciente reunión del Mercosur, desarrollada en Asunción del Paraguay.
También requirieron a la directora de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que "recomiende a todos los países miembros de la organización que se comporten de un modo solidario y establezcan pautas adecuadas en la compra de las vacunas que permitan el abastecimiento de la población mundial de acuerdo a las necesidades de salud pública".
Si (
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