Será el calor

La señora De Cospedal se quitó el traje de sirena marbellí y blandió la cola contra los jueces, los fiscales, la policía, cierta prensa y el Gobierno. Plás, plas, plas. Luego fue el fauno Montoro y, para rematar, el mismísimo 'Rajoydón' hendió el suelo con su tridente y, que si sí, que si no, provocó una marejada que nos tiene entretenidos en este verano de alertas naranjas y hectáreas yermas. Qué calor, qué sofoco.

Andan  los diosecillos de este olimpo de todo a cien revueltos y jugando con las cosas de los hombres, es decir del personal corriente y moliente; a saber: el sentido común, la democracia, la justicia y esas cosas.

Los populares dicen sentirse perseguidos y acusan sin pruebas y hasta preparan un informe para dar por saco en Europa con ocasión de la Presidencia española (que ya son ganas de joder por joder. O no) que dará comienzo en enero. Será un informe, sí, o sea según la Real Academia de la Lengua algo que tiene forma “vaga e indeterminada” y que igual titulan “La tinta del calamar” o tal vez “Los efectos beneficiosos de la paranoia ante el Gürtel y otro síndromes de la condición humana”

Por su lado los chicos de Zapatero y Blanco acaban de recibir un argumentario, esto es, una guía de pensar, con una idea fuerza: están calumniando a cualquiera que se menee, pero, aunque eso es un delito (artículo 205 del Código Penal), no vamos a denunciarlos para no liarla más: sentido de la responsabilidad le llaman.

Así es que nadie va a denunciar nada ante los tribunales. Ni los del PP la persecución, ni los socialistas las calumnias; tampoco los sindicatos policiales ni quienes gobiernan la justicia. Algunos pensábamos que si se oyen gritos y golpes en el piso de arriba (pobre Neira) o te acusan de la muerte de Manolete, había que ir a la policía o al juzgado como ciudadanos responsables que piensan que las leyes son el instrumento objetivo de la convivencia y el estado de derecho. Paparruchas. A seguir sudando como pollos.