Violeta Parra

“Violeta Parra, ¿quién eres tú?” se llamó el homenaje que la embajada de Chile en Beijing organizó, a propósito de los 40 años de la muerte de la poeta y cantante latinoamericana.

Cual figura de Chagall, Violeta Parra voló por pagodas y rascacielos y fue admirada, entendida, cantada y recitada por músicos y artistas chinos. Y esto, que se dice fácil, debe valorarse en toda su dimensión, porque entre chinos y latinos o anglosajones hay un muro más grande que la Gran Muralla: el idioma.

En el gigante asiático no se sabía mucho de ella, salvo el conocimiento que tenía el profesor Cheng,  un antiguo director de Conservatorio, quien fue clave en la realización del acto.

Inicialmente todo estaba programado para el 4 de marzo, pero el profesor Cheng pidió un mes más para preparar al conjunto de guitarristas chinas y a la actriz que recitó Gracias a la Vida.

La tarde del 4 de abril pasado el teatro del monumental Conservatorio Central de Beijing estaba repleta de chilenos, latinoamericanos y embajadores de diversos países que fueron seducidos por la música de la inmortal Violeta.

Su hijo, el cantante y folklorista Angel Parra, llegó de París a sumarse al homenaje propuesto por la Embajada de Chile. Llenó el escenario, la sala y  Beijing entero con dos hermosas y profundas canciones. Luego las talentosas jóvenes chinas interpretaron musicalmente varias canciones de Violeta.

Y la actriz recitó, acompañada de una guitarra suave, Gracias a la Vida, en idioma mandarín.

Fue el momento peak del acto. Ella se entregó por completo, con un sentimiento difícil de relatar, como si Violeta hubiera descendido de los cielos y se hubiera integrado con ella. Había que dejar que entrara al corazón.

Emocionado, el embajador Fernando Reyes Matta, quien además ofició de animador, destacó que para poder hacer negocios y tratados, debemos conocernos y nada mejor que la cultura.

Diario Hispano Chileno