“¿Qué sentido tiene que un demócrata como el presidente Zapatero reciba a un golpista como Chávez?”, preguntó el periodista. La vicepresidenta
De la Vega se puso lívida. La pregunta se las traía, claro, pero es que la rueda de prensa tras el
Consejo de Ministros de este viernes ha sido una prueba de fuego para las ‘dos mujeres’ de
Zapatero, Fernández de la Vega y
Elena Salgado, que tuvieron que tener muchísimo cuidado en no dar un titular sobre
Hugo Chávez, que fue recibido este viernes en Madrid por Rodríguez Zapatero, ni sobre
Silvio Berlusconi.
Sobre las palabras de Berlusconi en la rueda de prensa conjunta con Zapatero poniendo fin al cumbre hispano-italiana –por ejemplo, que
“la mujer es un regalo de Dios” al hombre-, Fernández de la Vega se evadió con un “
se podrán compartir mucho o nada”, pero son unas declaraciones realizadas por un presidente del Gobierno y no hay comentarios al respecto. Poco más o menos fue la misma respuesta de la vicepresidenta Elena Salgado, presente en aquel acto: “
Nuestro deber de cortesía hacia nuestro anfitrión nos evitaba hacer algún comentario”.
Sobre la visita del venezolano Hugo Chávez, muy criticada desde ciertos medios, parecida respuesta de De la Vega: “
El gobierno mantiene relaciones políticas con todos los países iberoamericanos, también con Venezuela” y la visita se enmarca en un marco de
“normalidad democrática”. Las siguientes preguntas al respecto recibieron el mismo tratamiento.
Pide respeto al Tribunal Constitucional
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De la Vega entró más en el terreno político al atajar las críticas y amenazas que desde Cataluña se están vertiendo sobre la próxima sentencia del Tribunal Constitucional respecto al Estatut. Para empezar, calificó de
“aventurado y poco prudente” valorar algo que aún no se conoce, y mucho menos lanzar “
incertidumbres preventivas” por parte de quienes tienen responsabilidades concretas en el Gobierno del Estado –el ministro del Interior,
Alfredo Pérez Rubalcaba, que hace unos días habló de la dificultad de que el Constitucional cuestione lo aprobado en un Parlamento autonómico y sometido a referéndum- y en Cataluña, sobre
José Montilla, que prácticamente ha
declarado la guerra al Constitucional, afirmando que nada frenará el despliegue del Estatut.
A ese respecto, De la Vega ha sido taxativa: “
Es el tiempo de los jueces y tenemos que respetar ese tiempo”, avisó, en primer lugar, para añadir una exigencia de “
respeto [al trabajo de los jueces] y sosiego”. Siguió diciendo aún más: “
Tiempo habrá para valorarla y, por supuesto, para acatarla”, ya que hoy por hoy el Estatut está en vigor “
y la última palabra la tiene el Tribunal Constitucional”.
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