El presidente Correa está en Cuba, para que en el hospital Frank País de La Habana le intervengan quirúrgicamente una de sus rodillas. Sin embargo, dijo antes de partir que tiene confianza en la salud pública del Ecuador y que accedió a una invitación de ese hospital. Viajó en un avión venezolano, para no hacerle gastos al Estado. Así que todo es de regalo, para que nadie pueda criticarle.
En una época el doctor Rodrigo Álvarez Cambras, director del hospital, se ocupó de la columna vertebral del dictador iraquí Saddam Hussein y del actor francés Alain Delon. Como se ve, su cuerpo médico, de reconocida probidad, está acostumbrado a tratar las dolencias de no pocas celebridades.
Correa declaró que decidió realizarse esa operación en Cuba, por un conocido médico que tenía su hermano Fabricio en ese país.
De manera que todo queda en familia y sin cargas para terceros, excepto para los pueblos cubano y venezolano que serán, en definitiva, los que con su trabajo y sacrificios cubran los gastos del Presidente.
Los que carecemos de ‘amistades’ tan dispendiosas del dinero ajeno deberemos conformarnos con ir a los hospitales públicos que el Gobierno dice haber dotado generosamente y ponernos en manos de nuestros médicos.
Por lo que se ve, no sólo el bloqueo yanqui hace difícil la vida de los isleños, sino también la excesiva generosidad de sus ancianos gobernantes, de la que, dicho sea de paso, han medrado muchos de nuestros compatriotas. Esa es otra de las ‘tradiciones revolucionarias’ que heredamos del siglo pasado.