No ha sido el primero. Por ejemplo, el presidente andaluz,
José Antonio Griñán, insinuó que prefería otra política fiscal, aunque es cierto que respaldó al Gobierno central en cualquier esfuerzo que pueda repercutir en la ciudadanía. Pero la idea de subir los impuestos, dicen que muy personalista por parte de
Zapatero y que proviene de su equipo de asesores económicos, muy al margen del PSOE, provocó una marejadilla y algo de resaca en los mares socialistas.
Sin embargo, el pasado sábado, cuando se celebraba la Comisión Ejecutiva Federal del partido socialista, se escenificó un cierre de filas en torno a su líder, Zapatero, respaldando su polémica decisión. Una subida de impuestos que poco a poco se ha ido detallando y adelantando en contenido.
Sin ir más lejos, el presidente del Gobierno anunció el miércoles desde Nueva York que “el máximo esfuerzo en la modificación impositiva lo van a hacer las rentas altas” y eso “tendrá una traducción clara” en el proyecto de ley de Presupuestos para 2010 que el Consejo de Ministros aprobará este sábado, día 26. Un Consejo fechado en sábado por las circunstancias pero que no ha evitado que se disparen los comentarios sobre que se ha elegido una fecha especial, en pleno fin de semana, para evitar los grandes comentarios y críticas de la prensa y la oposición, algo del día a día.
Salgado se defiende, Solchaga aparece
Mientras tanto, la vicepresidenta económica,
Elena Salgado, aseguraba en el Congreso que los ajustes fiscales “revertirán en el beneficio” de los trabajadores “a través de nuevas prestaciones sociales y nuevos impulsos” a la actividad. Un comentario que también despertó ácidas críticas sobre que la mejor suerte para los trabajadores sería no conocer ninguna subida de impuestos.
Por su parte, la aparición del ex ministro socialista
Carlos Solchaga ha tenido mucha repercusión y se teme que sus comentarios hayan abierto una serie de nuevas pronunciaciones públicas en esta línea. Solchaga, si bien, consideró “correcta” la subida fiscal, advirtió de que es “casi imposible” ingresar 15.000 millones de euros que el Gobierno de Zapatero considera suficientes para salvar el grave margen de déficit público.
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