Según ha sabido Diariocrítico de fuentes solventes, algunos ministros del Gobierno de Rodríguez Zapatero empiezan a comprender que sería "deseable" la presencia de al menos dos militares, con armamento adecuado, en los atuneros españoles que faenan en el caladero índico ante la realidad de la piratería en aquella zona. El único requisito sería que los gastos los pagaran los armadores que utilizaran esos servicios en sus barcos.
España seguiría así los pasos de Francia, que lleva tiempo embarcando en sus barcos a militares, los cuales, al menor atisbo de acercamiento de una lancha pirata, emiten una ráfaga de ametralladora de advertencia. Si siguen en su avance, disparan a dar. El Gobierno italiano, de la misma manera, está estudiando una medida similar.
Pero, a pesar de todo, a día de hoy la versión oficial sigue siendo que "legalmente, por supuesto no es posible, pero es que operativamente tampoco es posible". Es, al menos, lo que afirma la ministra de Defensa, Carme Chacón, que así lo ha proclamado este lunes en una entrevista en TVE.
Por eso insiste en que lo que "sí que es posible y así lo reconoce la ley de seguridad privada, que sean vigilantes privados quien den esta atención a barcos privados para su protección privada". Chacón propone, en cambio, otras medidas poco realistas, como emplear cañones de agua o vallas electrificadas.
Esa propuesta, del PNV, fue rechazada por el PSOE
Lo curioso de todo este asunto es que la propuesta que ahora estudian algunos miembros del Gobierno la formuló directamente el Partido Nacionalista Vasco el pasado mes de septiembre a través de una moción parlamentaria para dar protección a los pescadores que faenan en aguas del Índico. Aunque el PNV venía reclamando medidas específicas desde hacía mucho tiempo, fue en esa moción concreta en la que por primera vez pidió directamente el embarque de infantes de Marina en los atuneros vascos que faenan en Somalia.
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La moción, que fue apoyada por el PP -aunque faltaron algunos de sus diputados para, presumiblemente, no tener que votar a favor-, fue rechazada, sin embargo, por el Grupo Socialista, que consiguió reunir 173 votos en contra frente a 165 a favor de llevar militares en los barcos.
La reacción del autor de la moción, José Ramón Beloki, no se hizo esperar: “No abandonen a los pescadores, no pueden quedar al albur de los piratas que merodean libremente en el Índico”, les dijo a los socialistas. "No entendemos por qué en Francia sí y en España no… porque ni mi grupo ni los despachos de abogados que se puedan consultar encuentran obstáculo alguno en la Ley de Defensa Nacional o en la Seguridad Privada para que los infantes de marina embarquen en naves civiles”.
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Sin permiso para armas largas
Eran los momentos en los que la ministra Chacón arrojó en la cara del PNV los 75 millones de euros que nos cuesta la 'operación Atalanta', la misión internacional de protección de pesqueros en el océano Índico, y les dijo a los armadores que la solución era que contrataran seguridad privada en sus barcos, con la posibilidad de portar armas largas.
Según fuentes del sector, los armadores recogieron la sugerencia, pero se encontraron con un infranqueable muro burocrático: existen múltiples problemas para portar armas en barcos civiles y a algunos armadores llegaron a decirles que los permisos para llevar armamento largo como el que solicitaban no se les podría conceder en menos de tres o cuatro meses.
La tercera 'vía': cobertura militar temporal
Al parecer, el Gobierno estaría estudiando una tercera posibilidad entre los que quieren que vayan militares y los que, como la Chacón, lo rechazan: que embarquen infantes de Marina sólo el tiempo necesario para conseguir los permisos adecuados para que sea la seguridad privada la que se haga cargo de la vigilancia. El debate está candente dentro del propio Ejecutivo.
Fuentes de los armadores insisten en que no tienen inconveniente en pagar parte o el total del gasto del embarque de militares en los atuneros, pero que ésa es una decisión política que el Gobierno socialista se ha negado a adoptar hasta ahora.
Ha tenido que ocurrir el secuestro del Alakrana para que el Gobierno cambie de opinión.
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