El acusado de provocar la muerte a Román García asegura que le golpeó para darle un "escarmiento"

Una amiga del acusado declaró este lunes en el juicio que se celebró ante el Juzgado de lo Penal número 2 de Santander que la noche del 19 de abril de 2008, ella le contó a Rubén que Román había sido su anterior pareja y que la había sometido a malos tratos.

   Estas afirmaciones, calificadas por el Fiscal de "indignas", provocaron que el acusado se acercara a Román, a quien no conocía de antes, y le propinara un puñetazo en la mandíbula que hizo que la víctima cayera al suelo y se golpeara la cabeza. Cinco días después, fallecía en la Unidad de Cuidados Intensivos de Valdecilla. El ruido de la agresión se oyó fuertemente en todo el local, por encima de la música, según han relatado varios testigos en la vista.

   Ahora el agresor se enfrenta a una condena de cuatro años y tres meses de prisión por parte del Ministerio Fiscal, pena que en el caso de la acusación se eleva a cinco años, por un delito de lesiones con alevosía en concurso ideal con uno de homicidio imprudente. La acusación añade la prohibición de acercarse a San Felices de Buelna, de donde era Román y en donde reside su familia, durante cinco años.

   La defensa no pide la absolución, pero rebaja la pena a un año de prisión, tras alegar las circunstancias atenuantes de que Rubén actuó bajo los efectos del alcohol, sometido a un arrebato por lo que le había contado su amiga y que ha satisfecho parte de la responsabilidad civil reclamada por la familia, quien ante la petición de perdón de Rubén le insultó, hasta el punto de que el titular del juzgado, José Hoya Corominas, les expulsó de la sala.

"Sin mediar palabra"

La agresión se produjo "sin mediar palabra" y "muy rápido", según relataron la novia del fallecido y dos amigos que estaban con él. El acusado contó que le dio el puñetazo por un lado y en la cara, cuando, según expusieron los testigos, Román estaba mirando hacia abajo, mirando hacia la cartera de la que iba a sacar dinero para pagar las consumiciones.

   Tras recibir el puñetazo "a traición", Román cayó al suelo y se golpeó la cabeza. Al intentar repetir la agresión, la novia del fallecido agarró al acusado para evitarlo. Este dijo: "Para que no pegue a las tías". Acto seguido, se marcha, con un comportamiento que los amigos de la víctima describen como "frío", "chulo" y "muy tranquilo".

   El golpe fue "brutal" y sonó "por encima de la música", muy "fuerte", cómo "algo roto" o "todos los huesos triscaran a la vez", según describieron los testigos. El médico que le atendió posteriormente dijo que el golpe tuvo que ser "brutal" para provocar un hematoma interno que generó una "grave presión" con repercusiones en el cerebro.

   Los peritos que comparecieron en el juicio discreparon sobre si el fallecimiento se produjo directamente por el puñetazo o si fue consecuencia de la posterior caída al suelo, ya que esta implicó un golpe en la cabeza. Aunque esto no se hubiera dado, había "riesgo de fallecimiento", según uno de los expertos, mientras que otro sostuvo que la caída provocó heridas "muy grandes" a Román.

   Este falleció a causa de una parada cardio-respitratoria, después de haberle sido diagnosticado fractura de mandíbula, contusión hemorrágica y edema cerebral severo.

Atenuantes

La defensa pide que se tengan en cuenta como circunstancias atenuantes los efectos del alcohol, el arrebato y la reparación del daño.

   El acusado explicó que había bebido mucho y que recordaba parcialmente los hechos. Los amigos de Román rechazaron to que estuviera afectado por la bebida ya que, según dijeron, andaba "con pasos firmes" y no olía a alcohol.

   En cuanto al arrebato, al haber actuado ante las acusaciones hechas por la amiga de Rubén, Fiscal y acusación incidieron en el comportamiento del acusado y cuestionaron que esas afirmaciones se hicieran esa misma noche, sino con anterioridad.

   Finalmente, la defensa recordó que el acusado ha consignado ya 101.900 euros para la reparación del daño causado, una cantidad insuficiente para el Ministerio Fiscal y para los familiares, que reclaman unos 200.000 euros.

   La defensa pidió al juez que no emita su sentencia bajo la "repulsa" o la "alarma social" que causan estos hechos por ser mediáticos.

   En su última intervención, el acusado reiteró sus disculpas a la familia de Román García, lo que provocó que estos le insultaran y fueran expulsados de la sala por el juez. Posteriormente, en declaraciones a los medios, Daniel García, tío de Román, criticó que esas disculpas se hayan producido en el juicio y no cuando el agredido estuvo "en coma", además de lamentar que "los perseguidos somos nosotros".