¿Cuáles son las quince cajas que, según el Banco de España, desaparecerán?

 La solución que se ha dado a la intervenida Caja Castilla La Mancha no ha satisfecho ni a propios ni a extraños. En la práctica, CCM desaparecerá como caja siendo absorbida por Libertas, un banco filial, de pequeño tamaño, de Cajastur. O, sea que no ha habido fusión, ni "ecuaciones de canje" de activos. Nada de nada. Una compra pura y dura del pasivo, y de las oficinas y punto. Esa ha sido la primera víctima de "crack" del sistema financiero español, un "crack" no reconocido pero que está ahí. Y las siguientes víctimas del mismo están por venir.



   Caja Burgos, en Castilla y León, se niega a fusionarse con Caja Duero y Caja España, dos entidades solventes que pueden salvar  el balance de la primera. Pero su consejo de administración, argumentando  que "la fusión no se va a hacer entre iguales", -orgullo provinciano a todas luces y sin fundamento-,  ha  abortado la operación. El Banco de España les ha llamado a capítulo. Si no alcanzan un entendimiento, habrá intervención. No queda mas remedio.Y, a ser posible, integrando en la operación a otra caja "bajo sospecha", Caja de Avila.

    En situación parecida se encuentran las llamadas "cajas católicas" de Castilla y León. El Círculo, entre otras, necesita entrar en el aparato organizativo de la Caja de Ahorros de la Inmaculada, aragonesa, por mucho que pese la interterritorialidad. Las cajas del norte penínsular que dominan la jerarquía eclesiástica, al menos tienen un denominador común, su patronato, para salir del apuro porque también los inspectores del Banco de España les han amenazado con intervenir si no arreglan su situación.



   Si los representantes de la Iglesia Católica de Castilla y León y Aragón, son realistas y capaces de renunciar a muchos de sus privilegios por salvar a sus entidades, no parece que ocurra lo mismo en el sur. La iglesia católica andaluza, representada por el Arzobispado de Sevilla y el Cabildo Catedralicio de Córdoba, no parecen dispuestos a ceder la  autonomía que tienen en Cajasur a Unicaja. Braulio Medel, el presidente de la malagueña, lo ha repetido por activa y por pasiva: la fusión con la cordobesa no es "una perita en dulce", sino todo lo contrario: un marrón difícil de digerir. Pero los representantes de Cajasur insisten en que "la fusión debe llevarse a cabo en términos de igual a igual". Otro aviso del Banco de España, vía AVE, a 300 kilómetros de Madrid.

   Porque la otra caja andaluza en apuros, Caja Jaén es más realista y anuncia que la fusión con Unicaja se llevará a cabo antes de que finalice 2010. Caja Jaén es otra de la que desaparecerá. Pero sus gestores, realistas, lo hacen a plena satisfacción conocedores de que, si se quedan fuera de juego, acabarán por desaparecer.



   Lo mismo ocurre con Caixa Catalunya, Caja Tarragona y Caixa Manresa. La dificultad que les ha surgido, el tratamiento de los excedentes de plantilla, no debe ser obstáculo para lograr una unidad necesaria si quieren sobrevivir.Y, tal vez por éso, es por lo que sus gestores han decidido incrementar, al 75% la cantidad que percibirán los trabajadores que se prejubilen.

   La quien busca desesperadamente un novio que "la saque de apuros" esCaja Extremadura, probablemente con Caja Badajoz, ,y Caja Murcia, con alguna vecina del Levante, a ser posible con la todopoderosa CAM, Caja de Ahorros del Mediterráneo.

   Porque todas ellas tienen claro que sólo una operación en la que una entidad solvente se haga cargo de su estructura y funcionamiento es lo que las salvará de la insolvencia, y no maquillajes como el "invento" de Caja de Ahorros de Navarra. La CAN se ha inventado la "fusión virtual", una operación sin apenas contenido financiero. Claro que la CAN lo hace más por motivos políticos. Esta entidad no tiene problemas de solvencia. Al menos aparentemente. Y si los tuviera ya se encargaría su presidente, que también es presidente de la Comunidad Foral, Miguel Sanz, de pedir la devolución de los favores políticos que ha prestado a Madrid, a través del FROB y de forma silenciosa, casi sin escándalos. Y es que, en el caso de la CAN juegan más factores políticos que económicos. Aquí Fernández Ordóñez se estrella con, nada más y nada menos que Moncloa.