El PP ve los presupuestos como un "cóctel pernicioso"

A su juicio, se trata de unos presupuestos "sectarios", un "auténtico disparate", y "hundirán" a la región en la crisis "por muchos años". Por ello, propugnó la devolución del proyecto de ley al Gobierno y su sustitución por un proyecto "consensuado" con el conjunto de las fuerzas parlamentarias.

   En su defensa de la enmienda a la totalidad del presupuesto en el Pleno del Parlamento, el líder del PP insistió en que el "grave deterioro" de la economía hace necesario un pacto presupuestario, pero lamentó que el Gobierno, como ya pasó el año pasado, ha "despreciado" la oferta de diálogo del Partido Popular y se dedica a "laminar sistemáticamente" sus propuestas de consenso porque quieren "excluir" al PP de cualquier toma de decisiones.

   Diego responsabilizó sobre todo al presidente regional, Miguel Ángel Revilla, al que reprochó su "comportamiento partidista, incapaz de generar grandes consensos ante los grandes retos" y que, según dijo, "prefiere que las cosas vayan mal a reconocer que las aportaciones" del PP "son muchas veces convenientes" y en ocasiones, como ésta, "absolutamente necesarias".

   "Revilla prefiere ser el presidente de su coalición de Gobierno en vez del presidente de todos los cántabros", prosiguió Diego, quien opinó que el presidente "se equivoca dejando que los socialistas gobiernen" la región y "entregándoles áreas esenciales" de Gobierno como la política económica.

   En este sentido, el líder 'popular' consideró que la política económica del Ejecutivo cántabro "es justo lo contrario de lo que se necesita y camina a contracorriente del resto de los países de nuestro entorno", con "medidas de política fiscal y económica" de las que "huyen" los demás y que suponen "un cóctel para hacer de la crisis un problema crónico en los próximos años".

   Entre otras cosas, Ignacio Diego advirtió de que los presupuestos de 2010 son "irreales", con unas previsiones de ingresos "absolutamente falsas" y en muchos de los conceptos "físicamente imposibles de cumplir". Junto a ello, criticó el aumento del gasto corriente, el descenso de las inversiones y de las transferencias de capital, y el "incremento" de la presión fiscal para compensar el descenso de ingresos.

   En su lugar, abogó por un "sólido programa de austeridad", con medidas "drásticas" para contener y reducir el gasto público improductivo, y por consensuar un presupuesto que concentre los recursos "en las principales líneas estratégicas", manteniendo al mismo tiempo el gasto social "necesario" para, "progresivamente, no sólo mantener sino incrementar la cohesión social".

   Sin embargo, aseguró que en el Gobierno regional "prefieren esperar a que escampe, entregados al despilfarro y a una total ausencia de proyecto y de liderazgo político" y a esto se une, además, la "ausencia de compromisos" del Estado con Cantabria, la falta de "coraje y peso político" del Ejecutivo regional para reclamar ante el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero y la "sumisión" de Revilla.