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Los diarios catalanes defienden el Estatut

Los diarios catalanes defienden el Estatut

jueves 26 de noviembre de 2009, 11:24h
   En una iniciativa singular, doce diarios catalanes, algunos conocidos y otros con escasísima difusión, han publicado este jueves un mismo comentario editorial en defensa del Estatut, dentro de la serie de reacciones que ha venido suscitando en los últimos días la sospecha o el temor a que el Tribunal Constitucional recorte sustancialmente el contenido de ese Estatuto que viene examinando desde hace tres años el pleno del TC. No cabe duda, de que nos hallamos ante un insólito editorial conjunto, como una nueva y distinta presión que se ejerce sobre la última palabra de los magistrados, parece que ya muy cerca de darse a conocer.

   Insistimos, se trata de doce periódicos catalanes, entre ellos los de mayor tirada y arraigo, coincidentes en presionar al Tribunal Constitucional ante las informaciones que insinúan que sus magistrados estarían ultimando ya una sentencia que anularía los elementos identitarios esenciales, o característicos de la autonomía   catalana, introducidos por el Estatuto de Autonomía de Cataluña. Bajo el título 'La dignidad de Catalunya', cuyo "menoscabo" estaría en juego, el editorial arremete contra "una parte significativa del tribunal", que estaría adoptando "posiciones irreductibles". Además, pone a la norma como la medida de "la madurez democrática de la España plural".

   En una iniciativa extraña en la historia del periodismo español, estos 12 diarios pertenecientes a grupos editoriales distintos, tienen en común el hecho de ser editados en Cataluña. Se trata de 'El Periódico', 'La Vanguardia', 'Avui', 'El Punt', 'Diari de Girona', 'Diari de Tarragona', 'Segre', 'La Mañana', 'Regió 7', 'El 9 Nou', 'Diari de Sabadell' y 'Diari de Terrassa'. El texto se publica precisamente el día en que el Constitucional se reúne para retomar el debate sobre el Estatut. Los periódicos catalanes deslegitiman la composición del Alto Tribunal. "Sólo la mitad de sus integrantes se hallan hoy libres de percance o prórroga", dicen, y su función institucional de control de legalidad de las normas -subraya también que "ha sido empujado por los acontecimientos a actuar como una cuarta cámara, confrontada con el Parlament de Catalunya, las Cortes Generales y la voluntad ciudadana libremente expresada en las urnas", y lo desprecia al definirlo como una "corte de casación"-.

   No cabe duda de que el editorial tendrá sus correspondientes réplicas en otros medios informativos que han venido criticando, desde hace tres años, los contenidos de ese estatuto, por entender que superan con mucho los límites que establece la Constitución. Por ejemplo, ya anuncia El Mundo que mañana viernes contestará con todo detalle a este inaudito editorial conjunto de 12 periódicos catalanes con el que tratan de presionar al Tribunal Constitucional. Anticipa este diario que, en una primera lectura, arroja la inmediata conclusión de que es imposible acumular más falacias en menos espacio. Estos colegas aseguran que "los acontecimientos han empujado a actuar al TC como una cuarta cámara", confrontando al Alto Tribunal con el Congreso, el Parlament y la "voluntad de los ciudadanos libremente expresada en las urnas". Y dice El Mundo que tal afirmación es falsa, por cuanto el TC cumple la función institucional que precisamente le han encomendado los millones de ciudadanos que votaron la Constitución. Por cierto, muchos más que los que respaldaron el Estatut.

   También alegan que "una parte significativa del Tribunal parece estar optando por posiciones irreductibles". ¿Sólo son "irreductibles" aquellas posiciones que no tragan con las agresiones a la Constitución incluidas en el Estatut?, sigue diciendo esta réplica. Luego añaden, en el colmo de la hipocresía, que "está en juego... el espíritu que hizo posible la pacífica transición", cuando lo cierto es que han sido los promotores del Estatut, dejando al margen a la media España representada por el PP, los que quebraron ese consenso. Encima, advierten que "lo pactado obliga", soslayando el control de legalidad que es la última obligación de toda sociedad democrática. No, aquí no está en juego "la dignidad de Catalunya", como dicen estos colegas, sino la pretensión de una oligarquía política de controlar a la sociedad catalana a través de un Estatuto diseñado para alejarla del resto de España aun a costa de truncar el orden constitucional y el modelo de convivencia democrática".
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