Mi particular homenaje a la Comparsa

Mi relación con vosotros se remonta a hace un montón de años. De hecho, no recuerdo con exactitud el día que os conocí. Yo era pequeña y, supongo, mis padres me llevaron a esa 'cita a ciegas'. Con la edad, ya me fui dando cuenta de las cosas y de quiénes érais. No se me olvidan aquellos 6 de julio, cuando todavía se celebraba nuestro querido 'Riau-Riau' (por cierto, algo que me encantaría que se recuperase), y mi primo el mayor, Francisco Javier me llevaba a la calle Mayor. Recuerdo llorar y quererme marchar para lo que para mí 'era un auténtico infierno'. Y los causantes érais vosotros: la Comparsa de Gigantes y Cabezudos de mi querida Pamplona. Recuerdo esconderme para que no me pegara 'Caravinagre' o 'Napoleón' o algún 'zaldiko' que 'daba con muy mala baba'. Y luego vosotros, bailando al son de la gaita y el atabal, haciendo las delicias de pequeños y mayores. Porque nadie me puede negar la solemnidad con la que camina y 'baila' el Rey Europeo o qué marcha tiene 'la pareja africana'. Todos guapos y perfectos a las ordenes de Francisco Apezteguía y 'retocados' por Jesús Azcárate. Claro, hablo de mis tiempos infantiles.

Hubo un tiempo que os dejé de lado. Cosas de la edad, las noches de San Fermín eran locas e interminables... Así que al día siguiente era imposible levantarse para acompañaros en vuestro multitudinario paseo matinal. Las tornas cambiaron y volví a recuperar vuestra amistad. Además, me casé con Julian, que llevó durante muchos años a 'Caravinagre' y al Rey Europeo y quieras o no, los llevo siempre en mi corazón.

Hoy es vuestro día, ya que Pamplona os concede la Medalla de Oro de la Ciudad. Un merecido tributo para quienes estamos muy orgullosos de vosotros. Si vuestro creador, Tadeo Amorena, viera toda la gente que movéis a vuestro alrededor, no se lo creería. Pero ahí estais después de 150 años de vida. Y aquí, los pamploneses para daros las gracias.

Ahora tan sólo tengo un deseo y también una 'corazonada': que el 6 de julio de 2010 seáis los auténticos protagonistas del balcón central del Ayuntamiento. Sería maravilloso que se os concediese el honor de lanzar el cohete anunciador de las fiestas, ya que vosotros nos permitís pasar tan buenos ratos. Me encantaría nombrar a todos los que habéis pasado, a los presentes y a la cantera, pero no puede ser. Me quedo con uno en nombre de todos, el de su jefe Mari Ganuza que los cuida como si fueran sus propios hijos.  Y ya no sólo durante los sanfermines, sino a lo largo de todo el año.

Muchísimas felicidades. Este ha sido mi hulmilde homenaje a una gran Comparsa de Gigantes y Cabezudos.

¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡Gracias!!!!!!!!!!!!!!!!!!