Comer ya es un timo

La mayor diferencia de inflación entre España y los doce países de la zona euro se observa en los alimentos y las bebidas no alcohólicas. A menudo, más de tres puntos. Y por si algo faltaba con lo que comemos en casa, el llamado grupo de cafés, restaurantes y hoteles también supera en España la subida media de la inflación en los países sujetos a la unión monetaria. ¿Por qué comer es cada vez más caro? ¿Quiénes se están aprovechando de esta situación, sin que ni el Gobierno ni las comunidades autónomas extremen los controles a los que están obligados?

Es un secreto a voces que hay cadenas de distribución que negocian agresivamente para conseguir mejores márgenes. Y, según refleja la revista Capital, hay quien acusa a las grandes superficies de manejar listas negras con productores díscolos. "Da igual lo que intentes negociar: o entras por el aro, o no les vendes", explica en la misma revista una ejecutiva de una empresa del sector.

El consumo es una competencia muy descentralizada en España, pero, viendo los datos de la inflación, habría que concluir que está muy mal administrada. Da la impresión de que al Gobierno de Rodríguez Zapatero y a las autonomías de casi todos los colores les cuesta tocar los intereses de ciertos sectores, a riesgo de perder la confianza de la gente, que por su culpa tiene problemas para llegar a fin de mes. Los datos cantan: el incremento medio de 30 alimentos habituales de la lista de la compra fue del 48% entre 2001 y 2006, porcentaje que dobla el aumento de los sueldos. Por eso comer ya resulta un timo.