El Central cumple 25 años

En el mes de febrero de 1991, la prestigiosa revista británica WIRE, hacía una lista de los mejores clubes de jazz europeos y el Café Central figuraba en octavo lugar. Y en el 2002, la reconocida revista americana Down Beat, publicaba una lista con los 100 sitios para escuchar jazz en el mundo: en dicho artículo figuraba el Café Central, el único club de España que había sido seleccionado. Uno de los socios fundadores, Gerardo Pérez, nos cuenta que “la principal diferencia entre el Café Central y otros locales de música en vivo es que aquí los grupos actúan como mínimo siete días. Decidimos hacer esto para que a la música le de tiempo a crecer. A veces, si contratas a un grupo para trabajar solamente un día puede haber problemas: que alguien este mal, haya algún problema técnico u ocurra algo. Entonces el grupo pasa sin pena ni gloria.”.

En todos estos años, son muchas las noches de conciertos inolvidables que ha vivido el Central, pero hay algunos que han quedado en la memoria con un especial cariño. Por ejemplo, “Tete Montoliú –extraordinario pianista barcelonés, considerado como el más grande músico de Jazz de la historia de este país y que murió en el 97-, estuvo durante cinco semanas seguidas en 1994, y otras tres semanas seguidas al año siguiente. También hubo un grupo, el de George Adams & Dom Pullet Quartet que estuvieron especialmente fantásticos en todas sus actuaciones”, recuerda Pérez.

Pero no sólo de Jazz se ha alimentado su escenario: artistas como Javier Krahe, María del Mar Bonet, Lucrecia, Javier Ruibal o Fátima Guedes han pasado por el Central, lo que ha hecho que el público que acude sea de lo más variado. “El público al que le gusta el Jazz suele estar alrededor de los 40, porque entre la gente joven es poco conocido, y si no lo conoces, es difícil que te guste. Por ese lado, los conciertos de Javier Krahe hacen que la sala se llene de gente joven. Krahe actúa todas las navidades, es una especie de tradición nuestra”.

En 2005, la Academia de la Música decidió otorgar al Café Central un reconocimiento por la incesante actividad del local, el Premio Difusión de la Música, que se entrega por la labor de difusión de la actividad creativa de la industria musical. Acerca del premio, Pérez admite que  “me dio como mal rollo, porque es de esos premios que te dan por el reconocimiento a una vida y es como si te lo dieran cuando estás apunto de morirte”.

Pero no todo han sido éxitos. A lo largo de estos 25 años el Central ha tenido que superar diversas crisis, como la escasa afluencia de público durante los veranos (sobre todo en los Mundiales de fútbol) o, más recientemente, las obras en la Plaza del Ángel que pretendían hacer un eje peatonal en el centro de la capital. “Las obras nos han hecho mucho daño durante dos años y medio. Los clientes casi necesitaban un plano para llegar y ha sido bastante duro”, lamenta Pérez.

Además, también tienen que tenerse en cuenta otros aspectos como el control del ruido a la hora de realizar las actuaciones. En palabras del socio del local, "es imposible que un local de música esté 25 años abierto si tiene problemas con los vecinos. Nuestro horario de conciertos, (de 10 a 12 de la noche) viene de una protesta de los vecinos a la tercera o cuarta semana de la apertura. Protestaban porque, aunque reconocían que el batero era bueno , decían que se le oía mucho (risas)".

Durante las próximas semanas, el Central va a apostar por un grupo de músicos africanos que vienen de Dinamarca y fusionarán estilos para tocar lo que ellos llaman Afrojazz. Es la primera vez que va a actuar en el Café Central. Deseamos que tengan un gran éxito y que el público que tenga ganas de escuchar buena música se acerque hasta este magnífico templo de Jazz.