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Decenas de reyes magos acompañados por los más diversos personajes animados buscan sobre multicolores escenarios robar la atención de los miles de niños que acuden a la capital mexicana para inmortalizar ese encuentro en una tradicional fotografía.
Personajes de Disney, Los Simpson, camellos, elefantes, renos, soldados de madera, cascanueces, leopardos, osos de peluche y muñecas -todos ellos a tamaño natural- son elementos esenciales que adornan los escenarios, algunos de los cuales llegan a alcanzar los diez metros de altura.
Este año la temática de la película "La era del hielo 3", con sus principales personajes, fue la más utilizada por los decoradores de los escenarios.
Familias enteras acuden al encuentro entre la realidad y la fantasía; los Reyes Magos lucen sus pomposos vestuarios rodeados de niños y adultos que a la cuenta de tres miran cegados el flash de la cámara.
La fotografía impresa en un calendario de 2010 es el recuerdo que, por unos cuantos pesos, alrededor de 200.000 visitantes buscan cada año en dicho evento.
Luces, coronas, globos, algodón de azúcar, manzanas acarameladas y tradicionales antojitos mexicanos decoran el callejón de entrada a la seductora atmósfera en la que las decenas de actores, caracterizados como Melchor, Gaspar y Baltasar, bailan al compás de canciones infantiles.
Con más de 60 años de tradición y unos 40 fotógrafos conocidos como "de cinco minutos", al ser el tiempo en el que entregan las imágenes, el espectáculo de reyes se podrá apreciar en la Alameda Central de México D.F. hasta el próximo 7 de enero.
Allí, puestos con una oferta variada de alimentos y locales de venta de los más diversos accesorios -como bigotes y barbas postizas, coronas hechas de pedrería de fantasía, pelucas de colores y largas pestañas ficticias- rodean los escenarios que, separados por escasos metros, constituyen las fastuosas fortalezas de los reyes.
Una feria comprendida por juegos mecánicos y de destreza es el traspatio de los reinos. La rueda de la fortuna se impone en el centro del parque; tazas locas, tiro al blanco, brincolines inflables, trenes y juegos de pesca son algunas de las atracciones instaladas.
Los niños terminan la aventura con globos en mano, las caras pintadas y una gran bolsa de dulces y, sobretodo, satisfechos por haber dejado en manos de los reyes las tradicionales cartas de petición de regalos. EFE