Sólo es dictadura

La libertad de expresión y el derecho que tiene la sociedad a estar oportunamente informada son dos caras de una misma moneda: si se coarta la una, se impide el derecho de la otra.  Por eso es deplorable la exigencia constitucional de que la información sea veraz, verificada y oportuna, pues es claro que dichas características pueden resultar incompatibles.

A la prensa no le resulta entonces posible  “decidir” si informa o no la realidad de los hechos. Si en el desarrollo de  un proceso electoral descubre un centro de cómputo desconocido por el público, la Constitución obliga al medio a informarlo. En forma “oportuna” significa eso.  No resulta potestativo para el medio hacerlo o no, pues no informar es violar la Constitución.

Si Teleamazonas no informaba sobre el centro de cómputo, violaba el Art. 18 num. 1 de la Constitución. Por eso,  ésta está mal hecha y la “ley mordaza” también: la “veracidad” y la “verificación” resultan incompatibles con la oportunidad.
 
La solución jurídica –no política-  existe en el Art. 66 numeral 7 de la Constitución, pues reconoce el derecho “a la correspondiente rectificación, réplica o respuesta, en forma inmediata, obligatoria y gratuita, en el mismo espacio u horario”.
 
Lo grave es que, existiendo la cura para el mal,  el Presidente opte por volver  a ignorar el mandato constitucional que lo obligaba a demandar del medio de comunicación la correspondiente rectificación. No  suspenderlo, sino obligarlo a rectificar.  

Lo anterior podría ser considerado un nuevo  error de juicio del Presidente. Auxiliado, además, por la deplorable asesoría jurídica que tiene. El problema es que se ha esforzado en reiterar públicamente, su animadversión hacia Teleamazonas.

La conclusión resulta simple: Correa suspendió el canal, solo porque tiene el poder de hacerlo. Gracias a su Corte Constitucional “de bolsillo”, él decide cuando aplica la Constitución o no. Eso, en cualquier país del mundo tiene un solo nombre. Se llama dictadura. Así se encuentre sutilmente disfrazada de “democracia”, al fin de cuentas, solo es dictadura. 

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