Los medios locales ya lo han bautizado. Lo llaman el viernes negro de la mega devaluación en Venezuela.
Hugo Chávez ha llevado a cabo una de las decisiones monetarias mas controvertidas con la que espera parar, en gran medida, la crisis económica en que se encuentra sometido el país y que está dando como resultados que uno de los principales productores del mundo, sufra cortes eléctricos. Aún así, los expertos creen que, con esta medida, la inflación, que actualmente sobrepasa el 25%, se disparará hasta límites incalculables en estos momentos.
La devaluación de la moneda nacional, hasta ahora en 2,15 bolívares por dólar, rige desde este lunes con dos tipos oficiales de cambio: uno de 2,6 y otro de 4,3 bolívares, siempre en el marco del control estatal de divisas en vigor desde 2003.
La cotización de 2,6 bolívares será para las importaciones prioritarias, entre ellas las del sector de los alimentos, la salud, el de maquinarias y equipos, ciencia y tecnología y todas las importaciones del sector público, así como remesas familiares o recursos de consulados y embajadas acreditadas en Venezuela.
"Para todo el resto", dijo este viernes Chávez, se utilizará una paridad de 4,3 bolívares por dólar, que llamó "dólar petrolero" y que permitirá cubrir los requerimientos del sector automotriz, del comercio y de las telecomunicaciones.
Quedó sin embargo por precisar cuál de las dos cotizaciones se utilizará en materia de servicios o, por ejemplo, en el área del turismo, lo que ha llevado a múltiples especulaciones sobre el precio de los billetes de avión y otras tarifas relacionadas
El caso mas dramático de esta decisión es el de la filial de Telefónica en Venezuela. No sólo se ha convertido en una de las joyas de la corona de la operadora en Latinoamérica por su buena marcha operativa, sino que es dueña de miles de millones de euros en dividendos que ha sido imposible repatriar.: La mitad de esos dividendos, se estima que unos mil millones de euros, ha desaparecido como consecuencia de esta acción
Telefónica llevaba tiempo advirtiendo del peligro de devaluación a los inversores. La compañía que preside César Alierta intentó repatriar el máximo de beneficios desde su filial venezolana en previsión de la medida finalmente anunciada el viernes pasado. Pero se encontró con un muro. Hace dos años que Telefónica no obtiene autorización para sacar fondos.
Según datos que publica el periódico Cinco Días, los dividendos que la filial local paga a Telefónica y que están retenidos es de 2.000 millones de dólares sin contar los beneficios de 2009. Tras la devaluación del viernes, esta cantidad se ha quedado reducida a la mitad. En una sola noche, se han perdido 1.000 millones. Y eso sin contar el efecto en los fondos propios, que tendrán que ajustarse al nuevo cambio. También los ingresos se reducirán, por mucho que suban los precios, y lo mismo sucederá con los beneficios.
También BBVA, MAPFRE, Repsol o Iberdrola tienen negocios en el país. Habrá que esperar para conocer el efecto en sus cuentas, pero lo habrá y será mil millonarios entre todas ellas
Por su parte, Santander se salvó por poco, forzado a la venta de su filial, Banco Venezuela, logró un buen precio y ahora se ahorra la incertidumbre.