Aprender a conducir un tren. Esa es la tarea en la que están enfrascados los casi cien trabajadores que darán servicio en las líneas de Metro Ligero a Pozuelo y Boadilla del Monte. Han pasado un rigurosísimo proceso de selección al que se presentaron más de 1.500 personas y los elegidos practican estos días sobre las dos nuevas líneas aún en pruebas.
"El primer paso fue elegir a ocho conductores que destacaran por sus aptitudes físicas y psicológicas, que viajaron a Oporto para recibir un curso como formadores", explica Luis Samao, el gerente de la empresa. "El proceso de selección fue muy complejo y tuvieron que superar numerosos exámenes", añade.
Uno de esos conductores-formadores que forman parte del grupo de pioneros es Antonio. "Si hace un año me hubieran dicho que llegaría a conducir un Metro Ligero y a formar a otros compañeros no me lo hubiera creído", asegura este madrileño, que anteriormente trabajaba cortando papel en una empresa de artes gráficas y que, según relata, "vi la oferta y me pareció muy interesante el proyecto. Y aquí estoy", explica mientras supervisa la conducción de otro compañero".
Antonio asegura que la enseñanza más importante para un futuro conductor de Metro Ligero es la de "concienciarse a conducir con rigor". "Hay que cumplir escrupulosamente el protocolo y respetar los límites de velocidad, que son de 50 kilómetros por hora en ciudad y 70 fuera del casco urbano", explica el formador. El recorrido desde Pozuelo a Colonia Jardín tardará aproximadamente 25 minutos y la línea completa desde Boadilla del Monte unos 30.
El Metro Ligero lleva varias semanas en pruebas circulando por la línea a Boadilla de Monte, aunque por el momento los coches no se han aventurado en el interior del municipio y recorren la ruta menos poblada, aunque sí circulan por el parque empresarial y de ocio de la Ciudad de la Imagen y otros polígonos industriales. Precisamente es la conducción por ciudad lo que más preocupa a los nuevos conductores, porque es la mayor novedad del Metro Ligero frente al tradicional.
"Lo más nuevo es compartir la plataforma con el resto de vehículos y con los peatones", explica uno de los alumnos, que ya es conductor y que se prepara para convertirse en regulador. "Al ir sobre raíles y hacer tan poco ruido puede sorprender a resto de los conductores y peatones", añade el futuro regulador, que comparte clase con otros siete alumnos, entre ellos sólo una mujer. Luis Simao explica por su parte que cuentan en la nueva plantilla con un 10 por ciento de chicas, entre conductoras, inspectoras y personal de información a los usuarios.
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Por el momento la empresa Transdef ha formado a 98 personas: 65 conductores, 12 reguladores, 19 inspectores, tres responsables de línea y un responsable de mando. Además, seis personas estarán de apoyo al cliente cuando el Metro Ligero entre en funcionamiento, en el próximo mes de mayo. Luis Samao asegura que seguirán trabajando en la formación de personal para cubrir las necesidades futuras de ambas líneas.
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