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En el McDonald´s de Basagoiti sólo se venden hamburguesas

En el McDonald´s de Basagoiti sólo se venden hamburguesas

viernes 15 de enero de 2010, 12:15h
Me comentaba Benegas, uno de estos días, que en 1977 Juan de Ajuriaguerra le dijo: "Mira Txiki, lo primero que tenemos que conseguir es la devolución del Concierto para Gipuzkoa y Bizkaia, así como lograr crear la Universidad Vasca y que el Capitán General de la Sexta Región Militar pase de Burgos a Bilbao. Hay que tenerlo cerca". Todo eso se lo decía antes de la aprobación de la Constitución y del Estatuto de Gernika.

El Concierto se logró recuperar gracias a la perseverancia del PNV que sacó su gente a la calle y nos retiramos de las Cortes Generales. "Solo cuando estuve seguro de dimitir abordé la devolución del Concierto” nos dijo años después a Benegas y a mí el propio Adolfo Suárez en una de esa recepciones de la Villa y Corte. Aquello tuvo muchas resistencias. Hoy, con éste panorama hubiera sido imposible lograrlo. La carcundia por una parte, y UGT y CC.OO por la otra, con su famosa unidad de Caja, lo impedirían. Y se demostró que no era una antigualla, como nos decía nuestro buen amigo Roca. Por eso, en 1984, cuando por Suárez nadie daba un duro, la revista “Euzkadi” del PNV, le dio su premio y él vino a recogerlo. Algo insólito en aquel tiempo.

Este año, en marzo, el Parlamento Vasco, el primero de la historia, cumple treinta años. Se logró pese a la oposición de AP, padre putativo de éste PP, que votó en contra y solo obtuvo dos parlamentarios: Griñó y Arostegui. Es un dato a tener en cuenta cuando el actual PSE llama “normalidad” a lo que solo es "frentismo". Bailar el rigodón con el partido que no quiso éste estatuto, no deja de tener bemoles.

El problema que tenemos en Euzkadi con la derecha vasca es que no ha aprendido nada ni ha olvidado nada y es incapaz de sentir como propio lo que nos es propio. Algo de esto le pasa también a este PSE de invernadero.
El 5 de julio de 1980, iniciada la autonomía vasca, el EBB con un Gobierno Vasco sin casi competencias y con un Concierto para Gipuzkoa y Bizkaia sin ser devuelto, organizó una manifestación, que fue multitudinaria, en defensa de las Instituciones Vascas. Esa manifestación fue continuamente hostigada por contra-manifestantes y como consecuencia de una patada de ésta gente falleció un marmolista de 37 años, casado y con una hija, afiliado al PNV (Derio-Zamudio) llamado Ramón Begoña Latxaga, que murió como consecuencia de la perforación intestinal que sufrió tras aquella carga. Ramón Begoña siempre ha estado en nuestro recuerdo, mucho más ahora, cuando aquel esfuerzo, treinta años después, sigue dando resultados. Esto también pertenece al acervo trágico del PNV. Y es una obligación recordarlo.

Pero también es bueno recordar que el 19 de junio de 1937, cayó Bilbao, es decir, el Gobierno vasco de Aguirre apoyado por el PNV, PSE, PC, ANV y partidos republicanos. La derecha en armas logró una sangrienta victoria militar. Y el Lehendakari Aguirre hubo de abandonar Euzkadi. Al llegar a Trucíos, límite de la tierra vasca, prometió volver. Y redactó su manifiesto. En la parte central del mismo decía: "Volveremos a recuperar el suelo de nuestros padres para restaurar el idioma escarnecido, la ley ultrajada, la libertad arrebatada. ¿Que prometió jamás el fascismo a Euzkadi?. Nada, pues puesta su planta sobre Bilbao ha derogado no solo la autonomía conquistada, sino hasta el Concierto Económico, viejo resto de libertades históricas que fue respetado hasta en los tiempos de la Monarquía. Protesto también de este postrer despojo, interpretando el sentimiento  sordo del pueblo sojuzgado, a quien no se le permite hablar".

Y vino la larga noche de la dictadura con Bizkaia y Gipuzkoa declaradas "provincias traidoras", apoyada en todo momento esta represión por el llamado Neguri y toda la derecha vasca. Emilio Ibarra fue concejal franquista del ayuntamiento de Bilbao. Mayor Oreja lo resumía muy bien: "¿Por qué voy a tener que condenar yo al franquismo si hubo muchas familias que lo vivieron  con naturalidad y normalidad. Algunos dicen que las persecuciones en los pueblos fueron terribles, pero no debieron serlo tanto cuando todos los guardias civiles gallegos  pedían ir al País Vasco. Era una situación de extraordinaria placidez. ¿Cómo voy a condenar lo que, sin duda, representaba a un sector muy amplio de españoles''.

Pues sí. Mayor Oreja tiene razón. Por eso, quizás, no lo detuvieron, ni ilegalizaron el P.P. Con contadas excepciones, el actual PP representa ese franquismo sociológico, del que en éste momento, Antonio Basagoiti, el sobrino de la concejal de Urbanismo del Ayuntamiento de Bilbao, Ascensión Pastor, aquella señora que votó en contra de la edificación del Guggenheim, es ahora el representante de esa franquicia.

A este señor, Jaungoikoa le vino a ver la noche electoral. Con un pésimo resultado, su minoría le daba a López el poder ir a Ajuria Enea, y esa misma noche, le ofreció, con criterio frentista, sus necesarios votos. Esa misma noche, todo el mundo se olvidó de María San Gil y él adquirió el protagonismo de quien tiene la llave de la situación, sin el menor merecimiento.

Pero no nos equivoquemos. Basagoiti no tiene un restaurante vasco, de esos que ganan estrellas Michelines o de esos otros que tienen todo el género del mundo. No. Solo tiene una zarrapastrosa franquicia del la que él ni es el cocinero, porque el menú viene hecho desde Madrid y no puede cambiarlo. Sota, caballo, y rey, genuflexión de Arantza Quiroga incluida.

Lo hemos visto con la iniciativa que propusimos para darle seguridad jurídica al Concierto Económico, el llamado "blindaje". El Grupo Vasco en las Cortes Generales aprovechó la debilidad de Zapatero para tratar de lograr lo que hasta en tres ocasiones anteriores, el PP y el PSOE, al alimón, habían tumbado. Y ese fue nuestro precio. Pero el verdadero dueño de la franquicia, es decir el señor Rajoy, dijo no. Y en el Congreso de los Diputados, dijeron que NO, permitiendo tan solo que Alfonso Alonso, Ignacio Astarloa (el del cambio en el código penal para procesar a Ibarretxe) y Azpiroz, pudieran ausentarse en la toma en consideración, aunque cuando ésta volvió a la Cámara, tuvieron que votar que NO a éste derecho vasco, los llamados diputados vascos del P.P.  A todo esto, el Sr. Basagoiti con ese lenguaje cheli que le caracteriza nos anunció a bombo y platillo que él convencería a sus jefes en Madrid y a las Comunidades limítrofes de Cantabria, Rioja y Castilla-León, para que no presentaran recurso alguno. Pero el buen hombre ha fracasado estrepitosamente. Pinta menos que Maximino en Haro. Solo le dejan hablar, y poco, de ETA. Nada más. El resto, a obedecer y a decir bobadas cada cierto tiempo, como eso de que no celebrar la Constitución en Madrid es darle alas a ETA.

Y es que éste PP un partido indebidamente llamado vasco, no es  un partido vasco. Es una  franquicia. Como Mc Donald's España que proporciona el local así como la decoración y realiza la inversión  en construcción mientras el franquiciado cubre los bienes muebles, administra y vende sus  hamburguesas y sus patatas  fritas, pero a lo más que puede llegar es a vender un Big Mag con Ketchup, nunca unas kokotxas, ni una merluza a la ondarresa. Es decir, solo comida basura.

Ante una situación como la que está viviendo, Basagoiti solo tiene dos salidas. Dimitir si tuviera dignidad y forzar una situación con un argumento impecable. "Esto no va contra nadie, sino a favor de los vascos a los que en parte represento y de una sociedad a la que la derecha en armas le castigó durísimamente en 1937. Es tan solo una restitución con seguridad jurídica. Yo no voto nada que sea bueno contra mi pueblo”.  O la que va a adoptar, es decir, hacerse el sueco, cambiar de conversación, soltar cuatro jaimitadas, ponerse el casco y andar con su moto por ahí y decirle al PNV lo primero que se le ocurre.

Estamos pues, y no es ningún eufemismo, ante los mismos fachas de siempre. Eso sí, con lenguaje del Yonan y del Txoni . Pero es la misma derecha dura, agresiva y antivasca.

En cierta ocasión le preguntaron a Paul Newman si había logrado guardar fidelidad a Joanne Woodward, entre el torbellino de tentaciones que, previsiblemente asediarían a uno de los hombres más guapos del cine; y él respondió: "¿Para qué demonios voy a andar buscando hamburguesas por ahí cuando tengo un solomillo en casa?".

Pues eso. Como Euzkadi con el PNV, como las Vascongadas con el P.P.
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