El cardiólogo de origen caribeño, sin llegar a ser detenido, se ha presentado voluntariamente con sus abogados ante un magistrado local. Durante la vista preliminar, el médico se ha declarado no culpable y ha quedado en libertad bajo una fianza estándar de 25.000 dólares. Varios miembros de la familia Jackson se han apresurado a quejarse públicamente de la levedad de la acusación formalizada este lunes.
La escalada judicial de este caso se esperaba desde la semana pasada, entre supuestas diferencias sobre cómo proceder por parte de la Fiscalía y el Departamento de Policía de Los Ángeles. De acuerdo al sumario, el médico al que se pagaba una fortuna mensual actuó "sin la debida cautela y circunspección" durante el tratamiento que terminó con la muerte de Michael Jackson el pasado 25 de junio por una sobredosis de dos sedantes y el anestésico Propofol.
El "rey del pop" había insistido en contar con el doctor Murray para preparar su retorno a los escenarios a los cincuenta años de edad. El médico ha confesado que administró varias veces el poderoso Propofol ante las demandas de su paciente para ser tratado de crónicos problemas de insomnio. Según el consenso profesional, ese anestésico que ralentiza la respiración y el ritmo cardíaco solamente debe ser utilizado por personal especializado dentro de ámbitos hospitalarios.
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