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Zapatero anuncia que se aprobará en el Consejo de Ministros del viernes

La prestación especial para parados  se prorrogará durante medio año más

La prestación especial para parados se prorrogará durante medio año más

El presidente contraataca a la caída de su popularidad con más medidas sociales y mucha dosis de optimismo

martes 09 de febrero de 2010, 12:12h
Para la salida la esta crisis “no puede ser que se altere nuestro modelo social”. Es el mensaje que Zapatero ha transmitido a sus senadores y diputados en una reunión conjunta en la Cámara Alta. Como anuncio publicitario para calmar a unas bases y a unos cuadros intranquilos por una acción de Gobierno titubeante en los últimos días, Zapatero ha anunciado que no habrá ni un recorte social y que, además, el Consejo de Ministros aprobará el próximo viernes una prórroga por 6 meses de la prestación extraordinaria de 426 euros para los que ya no puedan recibir prestaciones contributivas ni asistenciales. Se prevé que afectará a otras 200.000 personas sin derecho a paro. “Merece la pena ese esfuerzo social”, ha dicho Zapatero.
         Un fuerte, largo y caluroso aplauso de todos los senadores y diputados socialistas puestos de pie ha recibido a Rodríguez Zapatero en la reunión con sus Grupos Parlamentarios en la Cámara Alta. Ha sido un baño de multitudes, una ración de ‘cariñitos’ para el presidente del Gobierno, que, tras una ‘semana de pecado’ se enfrenta a otra de ‘penitencia’. El Gobierno necesitaba ese apoyo explícito, ese cierre de filas en torno a su presidente para afrontar el inicio del difícil periodo de sesiones que comienza esta semana y que continuará la próxima con un obligado debate en el Congreso de los Diputados sobre política económica.

         Arropado en la mesa por la ‘créme de la créme’ socialista -Blanco, Fernández de la Vega, Chacón, José Antonio Alonso, Pajín, Carmela Silva-, allí estaba la práctica totalidad de los ministros de su Gobierno en primera fila, ‘calentando’ a diputados y senadores con sus aplausos y gestos de apoyo complaciente.

         Ante sus diputados y senadores, Zapatero habló de todo… de todo lo bien que lo estaba haciendo, pero con unos criterios que gustaron y arrancaron aplausos: “Tenemos ideas claras de qué vamos a recortar y qué no vamos a recortar: no se va a reducir ni una de las políticas sociales que hemos puesto en marcha para mejorar la prestación en este país, ni vamos a recortar el esfuerzo que hemos conseguido facilitando la investigación para el desarrollo, ni va se a reducir la ayuda al desarrollo” a terceros países.

         Las políticas sociales serán prioritarias para este Gobierno, y en ese punto de clímax, Zapatero hizo su anuncio, el que da titulares: “Para la salida de esta crisis, de la que vamos a salir, no puede ser que se altere nuestro modelo social”, y, por lo tanto, anunció que el próximo viernes, el Consejo de Ministros va a prorrogar por seis meses la prestación extraordinaria de 426 euros a aquellos que ya no pueden disponer de prestaciones contributivas ni asistenciales. Con esta medida se incorporarán otras 200.000 personas que no tienen nada a esa percepción extraordinaria. “Merece la pena ese esfuerzo social”, les dijo Zapatero, al mismo tiempo que les anunció el próximo envío a las Cortes de la discutida y discutible Ley de Economía Sostenible y una nueva Ley de Ciencia.


Optimismo antropológico

         “Compañeras y compañeros, soy optimista no porque ignore las dificultades que tenemos, sino porque tengo confianza en este país”. Fue la frase de cierre, pero que resume en realidad su intervención ante el plenario conjunto, una intervención con un fuerte contenido social.

         Durante exactamente 49 minutos, Zapatero, que utilizó un tono enérgico, contundente en algunos momentos, habló de las “dificultades” con las que se enfrenta su Gobierno en el “periodo decisivo” que se inicia justo en el ecuador de la legislatura. Sus palabras sonaron muchas veces a arenga, y la cuestión es: ¿Les habrá convencido? Lo cierto es que explicó de forma un tanto pedagógica que su acción, “en un periodo difícil” de España, se ha centrado en tres ejes: la crisis económica y el empleo; renovar el modelo de crecimiento económico y la defensa de avances sociales a corto y largo plazo.

         Ahí, Zapatero realizó un resumen contundente –muy positivo, según su visión- de las iniciativas adoptadas. Para combatir la crisis económica y consiguiente incremento del paro, habló de su famoso PlanE y el sostenimiento del sistema financiero y los ahorros –“el Gobierno no ha inyectado ni un solo euro en el sistema financiero español”, dijo, exultante-, no va a tener ningún coste para el erario público

         “El sistema financiero español ha respondido a la mayor crisis desde hace 80 años como un sistema más sólido que el de todos los sistemas avanzados”, dijo, para añadir que “tenemos un sistema sólido” que ha resistido el embate mejor que muchos sistemas avanzados, que se han declarado en crisis.

         Y en ese punto hablo del PlanE: esa inversión del Estado frente a la parálisis de la inversión privada y la congelación del crédito; de esos 11.000 millones de euros que han permitido, según él, 500.000 empleos y el mantenimiento de 15.000 pymes, especialmente en la construcción.




Las políticas sociales, eje básico de actuación

         Todo eso no ha bastado para que el paro alcance una cota del 19 %: “La pérdida de puestos de trabajo ha sido muy intensa durante los dos últimos años”, tuvo que reconocer Zapatero, pero, por ello, “hemos incrementado la protección por desempleo” con 426 euros durante seis meses para los que no podían percibir la pensión contributiva o asistencial.

         Como tarea urgente y prioritaria, su Gobierno se ha impuesto renovar el crecimiento económico, con un esfuerzo en I+D+i, a la que en la primera legislatura dedicaron 50.000 millones de euros. Y, en ese camino, el Ejecutivo ha puesto un plan sobre la mesa, la estrategia de economía sostenible que explicó el 2 de diciembre en el Congreso y que su resultado es la Ley de Economía Sostenible que va a ser remitida al Congreso en breve.

         Ahora bien, “tenemos ideas claras de qué vamos a recortar y qué no vamos a recortar: no se va a reducir ni una de las políticas sociales que hemos puesto en marcha para mejorar la prestación en este país, ni el esfuerzo que hemos conseguido facilitando la investigación para el desarrollo, ni va se a reducir la ayuda al desarrollo” a terceros países. Es decir, que austeridad, sí, pero sin afectar a los derechos sociales.

         El presidente, en fin, informó también –aunque sin entrar en detalles- que el Gobierno ha puesto en marcha un proceso de diálogo para la reforma del mercado de trabajo, para reducir la precariedad y la temporalidad, que “es un condicionante serio para el futuro de nuestro país”. “Este es el gran reto de la reforma laboral”, les dijo, pero sin entrar en el fondo del documento repartido el pasado viernes a empresarios y sindicatos. Solamente anunciando que se trata de “un documento pacífico y para la concertación, para el diálogo”.

         Unos pocos minutos le dedicó a la reforma de las pensiones. Era un charco que Zapatero prefirió no pisar. Se limitó a señalar que la propuesta lanzada por el Gobierno “es una propuesta para el diálogo y la discusión en el Pacto de Toledo, es una propuesta para el acuerdo con las fuerzas políticas, empresarios y sindicatos”.
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