Fernando Huerta, de Deloitte, pide una nueva regulación de la red

El debate sobre neutralidad en la red, reactivado tras las declaraciones del presidente de Telefónica, César Alierta sobre la posibilidad de cobrar a los buscadores por el empleo de la red, requiere una "nueva regulación y una mayor seguridad jurídica" en torno a las inversiones de las compañías de telecomunicaciones, señaló e socio de Deloitte experto en telecomunicaciones, Fernando Huerta.

   "Las declaraciones de Alierta reflejan el malestar de muchas compañías", indicó Huertas, quien añadió que se exige a los operadores una inversión "enorme" en despliegue de nuevas y avanzadas redes y de que requiere de una regulación que aporte seguridad a las compañías respecto a la entrada de nuevos agentes que se "aprovechen" de estas infraestructuras.

   En concreto, Huerta se refirió a la normativa vigente, que considera que imponer obligaciones de acceso indirecto por encima de los 30 megas podría desincentivar la inversión en infraestructuras, ya que las velocidades superiores a los 10 megas son aún residuales en España.

   En este sentido, el socio de Deloitte aclaró que el nuevo uso de Internet, así como los nuevos dispositivos, requieren de mayores inversiones en red (en fibra). "¿Quién pagará la fiesta?", preguntó Huerta argumentando que, aunque "todos queremos" redes avanzadas, es necesario un "contexto seguro" para asegurar la rentabilidad de la inversión.

   Para Huerta, la priorización de los paquetes de datos para garantizar la calidad y la no saturación de la red, un cambio en estructura los precios de forma que los clientes paguen según su uso, así como la posibilidad de que los proveedores de contenidos contribuyan al despliegue y mantenimiento de la red tendrán un "gran impacto" sobre los modelos de negocio, las decisiones de consumo y la regulación.

   "Se tenderá a implantar un modelo en el que existan distintas calidades de servicio en la red y precios en función de las demandas específicas de los tipos de servicios", pronosticó.

   Según el experto, en 2010 los reguladores nacionales (en España, la CMT) y la Comisión Europea velarán por que no se limite la capacidad de los clientes para acceder y distribuir información empleando, por una parte, "requerimientos mínimos" sobre la calidad del servicio y, por otra, exigiendo nuevos requisitos de transparencia sobre medidas que puedan influenciar en el tráfico generado por los servicios contratados.

Alianzas estratégicas y reordenación del espectro

   Por otra parte, Huertas indicó que la crisis ha "ralentizado" la inversión en redes, y si bien la demanda por parte de las nuevas tecnologías y los usuarios no cesa, las empresas están "constreñidas" tanto en presupuesto como en inversión.

   Por esta razón, el experto pronosticó que en 2010 las empresas tenderán a compartir costes en negocio no estratégicos o que no aportan valor añadido al cliente final. Asimismo, señaló la posibilidad de uniones entre los operadores de cable con el fin de acceder al espectro (licitación de los bloques regionales en la banda de 2,6 GHz).

   En cuanto a la política de espectro, el socio se refirió tanto al dividendo digital --banda de 790-862 MHz, como al 'refarming' -- banda de 900 MHz-- y a la banda de 2,6 GHz. De acuerdo con las previsiones de Deloitte, la reordenación del espectro y la licitación de nuevas frecuencias exigirán "compromisos de inversión" que contribuirán a aumentar la penetración en TIC.

   Sobre el modelo aplicado por la Administración para la asignación de las frecuencias, Huertas abogó por un sistema mixto entre el "peaje de entrada" y la exigencia de compromisos de inversión, sobre todo en zonas no rentables.

Banda ancha móvil: motor de crecimiento

   Asimismo, Deloitte estimó que la banda ancha móvil se convertirá en "motor de crecimiento" y resaltó el efecto de sustitución entre fijo y móviles en datos. Huertas se refirió a que las compañías además de competir con sus rivales deberán atender cómo repartir su negocio entre el segmento fijo y móvil.

   De esta forma, el experto indicó que, si bien en algunos contextos el móvil sustituye al fijo, en otros casos es necesario que la compañías estén en ambos nichos de mercado. "El despliegue será muy selectivo en infraestructuras fijas de nueva generación", explicó, ya que no sólo se competirá con las fijas alternativas sino con las móviles ultrarrápidas.