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'Ser madre no es un pecado'

"Ser madre no es un pecado"

miércoles 17 de febrero de 2010, 15:35h

… ni un  estigma que cargar”, al contrario es algo maravilloso; este análisis  no trata de hacer una apología o exaltar la condición de madre, de eso se ha escrito muchísimo, en verso y en prosa; sin duda, está más allá de merecido.

El titulo de este artículo se refiere a la declaración de Tatiana Vásquez, joven ex-cadete de la Escuela Militar (Esmil) que fue dada de baja por quedarse embarazada durante sus estudios y que por resolución de los jueces debe reingresar a los 3 años de haber sido sancionada.

El numeral 10 del Art. 72 del reglamento de disciplina militar, establece que los cadetes no pueden “embarazar ni quedar en estado de gravidez”, este es un caso polémico para una larga discusión; pero se trata de un caso de estricta disciplina militar, nada de gazmoñería ni de DD.HH. La formación militar, como sabemos, no es una profesión exenta de riesgos, al contrario de altos y peligrosos riesgos, de exigencias físicas extenuantes; una de las razones para haber establecido -desde que se admiten mujeres-  que las cadetes no se pueden quedar embarazadas, es porque estarían en riesgo no solo sus vidas, sino el del ser que está en gestación; igual disposición existe para los oficiales en el grado de subtenientes y tenientes, no pueden casarse, porque en esos grados tienen que realizar diferentes actividades de alto riesgo, además deben asumir responsabilidades dentro de los cuarteles, cumplir largos períodos en destacamentos, sobre todo fronterizos, que les privan de estar cerca de la familia; a eso se suma la situación económica que implica sostener a una familia.

Esto sucede también con los homosexuales, igual que lo señalado anteriormente, no es un asunto de hipocresías, es un tema de seguridad y disciplina. Hace unos pocos años  se conoció que un sargento, comandante de un destacamento fronterizo en la amazonía, abusando de su jerarquía, obligaba a los conscriptos a su mando, a tener relaciones sexuales con él; estos jóvenes se enfrentaban a una situación intolerable, a más de que  la vida en un destacamento es dura, tanto por  el aislamiento  como por  las privaciones. Estos jóvenes terminaron “sublevándose” y denunciando a sus superiores y el  sargento fue juzgado disciplinariamente y dado de baja.

El actual Ministro de Defensa en el caso de Tatiana, ha declarado “Yo personalmente estoy de acuerdo” (con el reingreso), como que los reglamentos y leyes militares fuesen fácil de soslayarse y pasen a ser un “asunto personal”.

Como van las cosas, quién sabe si el sargento de marras puede pedir un amparo y volver a las filas militares. ¿Qué tal?

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