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Nimiedades

Nimiedades

miércoles 03 de marzo de 2010, 06:07h

Creo que el lector no se molestará si le reitero algunos de mis gustos literarios. Desde hace varios años vengo leyendo, y releyendo, textos de John Berger. Para peor lo recomiendo a mis amigos, alumnos y colegas. En uno de sus libros, De A para X, Una historia en cartas, dice hablando de la madre del protagonista que está preso: "Me pidió que le leyera una carta que le había escrito tu hermano desde Covas. De joven, dijo, no me importaba tanto ser analfabeta, porque la gente hablaba de las cosas importantes, pero hoy son muchas las cosas que suceden en silencio, y tienes que saber leer para enterarte de lo que se está diciendo".

Creo que como usted, querido amigo, uno queda con la boca abierta. Cuantos significados, cuantas lecturas, cuantas preguntas, cuantas asociaciones. Vamos a releerlo juntos, el texto lo merece.

Es así. La imbecilidad, la torpeza, la ignorancia, nos empuja de manera fenomenal. Poco y nada es lo que va quedando. ¿Siempre fue así? En alguna medida pienso que sí. No se explicaría de otro modo el estalinismo, el franquismo, el nazismo, el fascismo y tantos otros movimientos dictatoriales o populistas. Y aquellos, que cubriéndose en un supuesto liberalismo, hacen su negocio en todo lo que tocan. E invaden, matan, humillan, discriminan, en nombre de la libertad, la democracia y el futuro.

 Esto, entre otras cosas,  vemos  en la educación, en lo cultural, en cada una de las manifestaciones literarios o supuestamente artísticas. Y confunden. Confunden con la inmediatez, los medios (cada vez más elementales, más torpes, más decadentes), las apreciaciones, los juicios. Y los premios. En casi todo el mundo, mi generoso amigo, en casi todo el mundo. Y digo casi porque no quiero ser perverso. Recordemos, al pasar, que según Sciacca, Dios es el fin del hombre, vale decir que la realización del ser humano lo es únicamente preparándose para ser-en-Dios, después de la muerte.

En España se puso de moda el modelo ARCO. Bueno, títulos, cargos, experiencias de sus directores y demás miembros de tropas aliadas al mercado, al marketing y  a"los canales del arte emergente". (Agarrate Catalina.) Los elevados precios - como suele suceder -  se concentran en pocas galerías. Algunas de estas "obras" se cotizan en un millón de euros. Hablamos del mundo, hablamos de Madrid pero también de Nueva York. No en vano los operadores turísticos descubrieron un nuevo "nicho", una oferta cultural de "excepción". Nacen los competidores, entre los nuevos centros, Just Madrid, algunos bien informados o malintencionados los vinculan a un grupo de prensa madrileño.

El director del Reina Sofía, no hace mucho, nos referimos a Manuel Borja-Viller, señaló: "El modelo de ARCO está agotado es una feria provinciana dedicada a vender stands: están confundiendo calidad con metros cuadrados, éste no es el boom del ladrillo". Interesante don Manuel, interesante.

El público, los críticos, los creativos, hablan de provocación, de audacia, de la fascinación por los yenes, perdón, por la obra. Aparecen las estrellas mediáticas, las carteras con monogramas, trabajos inspirados en el cómic japonés. Y desfilan empresarios, presidentes, príncipes y consuegros con aire de entendidos. Y allí aparece la pirámide confesional de Eugenio Merino que ejerce sus golpes de efecto marketinero con un éxito sensacional. La obra, mejor no hablo de ella, se vendió en Barcelona por 45.000 euros a un coleccionista belga quince minutos después de la apertura de la feria.

Se habla de iconoclastas, de curadores, de figuras influyentes en los proyectos, de las pinturas matéricas y orgánicas. Hay quienes no se suman, al menos a veces, a los cantos de optimismo. Pocos hablan del lavado de dinero, de las corporaciones, del negociado sucio mezclado con los popes sagrados de la industria cultural. La confusión nos deteriora, nos lleva al caos.  Pierre Levai, director de la galería con base en Nueva York, cree que los últimos records del mercado, han sido producto de una competencia entre millonarios rusos. "A esa pelea de ricos no se la puede llamar mercado."Amén.

Estimado lector, no deje de ver La teta asustada la película dirigida por Claudia Llosa, protagonizada por Magaly Solier. Tiene muchas lecturas; un film diferente, profundo. Descubriremos mitologías, represiones, abusos - en lo personal y en lo social - para poder comprender mejor estos pueblos americanos saqueados y expoliados. La teta asustada, una cinta memorable. Fue galardonada con el Oso de Oro a la mejor película en el Festival de Cine de Berlín. Nominada a los premios Oscar.  Pero eso, créame, a esta altura importa poco.

 Carlos Penelas
Buenos Aires, marzo de 2010

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