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La marcha de un movimiento indígena en Ecuador transcurrió tranquila

La marcha de un movimiento indígena en Ecuador transcurrió tranquila

miércoles 03 de marzo de 2010, 22:43h
La manifestación convocada por el movimiento indígena de Ecuador en la ciudad de Cuenca (sur) en protesta contra varias políticas del Gobierno reunió a unas 3.000 personas, según medios locales, y se desarrolló de manera tranquila y pacífica.
Los indígenas, que recorrieron las principales calles de la ciudad escoltados por la policía, protagonizaron la primera acción de protesta después de que los dirigentes, tras una asamblea extraordinaria el pasado viernes, llamaran a un levantamiento general.

Según pudo conocer Efe, a Cuenca se trasladaron campesinos e indígenas de comunidades aledañas pero también de la Amazonía y de la sierra para protestar contra una ley de Recursos Hídricos y una de Minería, auspiciadas por el Gobierno.

Carlos Pérez, un dirigente indígena de la zona, afirmó desde una tarima al finalizar la marcha, que la manifestación de hoy "es un inicio" de las acciones de movilización continuadas que estableció el movimiento contra el Gobierno y llamó a sus compañeros a "retornar a la lucha en las calles, a la lucha popular".

Delfín Tenesaca, líder de Ecuarunari, la organización regional de la sierra, declaró a periodistas que las demandas de los indígenas sobre la gestión del agua "no es asunto de indios, es asunto de los ciudadanos del campo y de la ciudad".

Asimismo, rechazó las calificaciones del presidente ecuatoriano, Rafael Correa, a los dirigentes indígenas y afirmó que "hace 500 años dijeron que (los indígenas) son bestias con caras humanas" y que hoy es "un insulto" que Correa les llame "infantilistas, indígenas sin razón, un grupo de pillos".

Declaró que con las movilizaciones que el movimiento prepara por todo el país no pretenden medir fuerzas sino expresar su "descontento" y anunciar que no van a permitir que "nadie arrebate" sus derechos.

La marcha de Cuenca es la primera movilización después de la asamblea extraordinaria del pasado viernes en la que los dirigentes llamaron a un levantamiento nacional y a acciones continuadas de protesta contra las políticas "neoliberales" del Gobierno.

En esa reunión dieron por terminado un proceso de diálogo que adelantaban con el Ejecutivo y rechazaron la "intromisión" de autoridades gubernamentales en instituciones tradicionalmente dirigidas por las comunidades indígenas.

También repudiaron la violación de los derechos territoriales de los pueblos y nacionalidades, la política "extractivista", minera y petrolera, del Gobierno y su gestión en "la educación, la salud, la economía equitativa, el agua y la participación ciudadana".

Por otro lado, unos mil integrantes de la Federación Ecuatoriana de Indígenas (FEI) se manifestaron en Quito, hasta el palacio de Gobierno, en apoyo a la gestión de Correa.

Al finalizar la marcha fueron recibidos por el mandatario que, desde el balcón, agradeció las muestras de apoyo y calificó de "separatismo" la postura de los dirigentes indígenas y las resoluciones que adoptaron en la asamblea extraordinaria.

"No entendieron lo que es la plurinacionalidad", aseguró y explicó que "la plurinacionalidad no es tener una república para blancos, mestizos y una república para los indígenas, es tener una sola república para todos, con políticas diferenciadas pero con una sola institucionalidad".

Más tarde, junto a la ministra coordinadora de la Política, Doris Solíz; el ministro de Agricultura, Ramón Espinel, y el subsecretario de Pueblos y Participación Ciudadana, Orlando Pérez, se reunió con delegados de la FEI y con representantes de la Confederación de Trabajadores Ecuatorianos, informó la Presidencia.
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