El vicepresidente del Govern de la Generalitat, Josep Lluís Carod Rovira, tiene todo el derecho a promocionar Cataluña en el extranjero. Otra cosa es que se le critiquen las prioridades en la señalización de los objetivos o los gastos que acorrea estos desplazamientos.
Carod puede y debe defender su gestión con argumentos sólidos. Lo que no puede hacer es llamar provincianos y malévolos a quienes le critican. Se supone que lo de "provinciano", para él, debe ser sinónimo de hombre primario, alejado de la modernidad y el progreso. Hasta ahora, a los catalanes nos molestaba que desde Madrid nos llamaran "de provincias" pero vemos que el término lo utilizan ahora incluso los de Cambrils, que son de comarca.