España y México han acordado la creación de una subcomisión de Defensa en la comisión binacional que regula las relaciones entre el D.F. y Madrid. Esta comisión bilateral cuenta actualmente con cuatro subcomisiones sobre asuntos políticos, jurídicos, económicos y de cooperación. La constitución de una quinta subcomisión dedicada a la Defensa es un anuncio que trasciende la mera cooperación internacional, de carácter bilateral y sectorial, como ocurre ordinariamente con tantos otros países, para suponer un significativo impulso en las relaciones iberoamericanas en materia de Defensa.
La comisión binacional fue creada en 1977, inmediatamente después del restablecimiento formal de las relaciones diplomáticas. Se ponía fin así a una anómala situación que, debido a las secuelas de la guerra civil española, mantenía sin comunicación oficial a los respectivos gobiernos. Naturalmente el contacto entre mexicanos y españoles no se perdió en ningún momento. La España exiliada, y la del exilio interior, no podía olvidar la generosidad del pueblo de México, representado por el presidente Cárdenas, con los españoles derrotados. El entierro del presidente
Azaña en Francia con la bandera tricolor de México cubriendo su féretro es todo un símbolo de fraternidad. En un gesto quijotesco puro, la fidelidad de las autoridades mexicanas con la II República se mantuvo hasta el final.
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Recuperada la democracia en España, las relaciones entre ambos países se han reforzado con independencia del color político que, en cada época, presidiera la Casa de los Pinos y el Palacio de la Moncloa. En 1991, un esfuerzo diplomático conjunto logró organizar las reuniones anuales de jefes de Estado y de Gobierno iberoamericanos, consiguiendo involucrar también a Portugal y Brasil. La Comunidad Iberoamericana de Naciones ha sobrevivido ya dos décadas, garantizando un foro de comunicación y cooperación entre países de profunda vinculación histórica. Es en este contexto amplio iberoamericano en el que puede encuadrarse el refuerzo de la cooperación bilateral hispano-mexicana en materia de Defensa, precisamente un ámbito todavía no desarrollado en clave iberoamericana.
Desde el punto de vista de los intereses nacionales, el acuerdo de Defensa abre muchas oportunidades de colaboración mutua, especialmente en el terreno industrial y de formación de personal. Las empresas españolas, sean del sector naval (Navantia), aéreo (EADS-Casa) o terrestre (Iveco), mejorarán inmediatamente su posición en el mercado latinoamericano con la relación estratégica que se configura en este campo. La Armada y el Ejército Mexicano, sometidos ahora a un fuerte desgaste por su implicación directa en la incierta “guerra contra el narco”, podrán beneficiarse de material militar español y formación en condiciones muy ventajosas, siguiendo unos procedimientos de cesión de material sin coste que ya se han probado con otros países latinoamericanos como aviones C-212 a Colombia, rádares Lanza a Argentina, helicópteros UH-1 a Uruguay o carros Scorpion a Chile.
La interoperatividad de las fuerzas armadas, enfocadas a la participación conjunta en misiones internacionales, debe permitir a medio plazo plantear la posible actuación de contingentes militares binacionales en caso de crisis internacionales, dentro o fuera de la región iberoamericana, recuperando la idea de una Fuerza Iberoamericana de Paz. En este sentido, la base logística española en Panamá, dotada con medios de aerotransporte, ofrece también un buen ejemplo de futuras sinergias en la actuación conjunta.
En definitiva, la nueva subcomisión de Defensa de España y México, como países estratégicos a uno y otro lado del Atlántico, tiene todas las condiciones para constituirse en el núcleo de una fructífera y amplia colaboración en materia de Seguridad y Defensa en toda Iberoamérica, reforzando así la presencia en el mundo de nuestra comunidad de naciones.
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