López Garrido, satisfecho con el papel de España en su "compleja" presidencia de la Unión

En una entrevista con Efe, cumplido el ecuador de la presidencia rotatoria de la UE, López Garrido admite que todavía falta "redondear" esa tarea con la aprobación en junio de los nuevos objetivos económicos europeos de la Estrategia 2020, pero subraya el éxito logrado con el respaldo unánime otorgado a Grecia.

No oculta el protagonismo que tuvieron en ese acuerdo la semana pasada la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, Nicolas Sarkozy, que cuentan con "una voz importante" por representar a los países con mayor PIB de la Unión, pero subraya la "determinante" participación de José Luis Rodríguez Zapatero y recuerda que hay 27 socios comunitarios.

Todos, según apunta, están apoyando la presidencia semestral española, que desde el primer momento decidió otorgar "la máxima visibilidad, la máxima autoridad y la máxima representatividad" a los nuevos cargos institucionales europeos: el presidente estable del Consejo, Herman Van Rompuy, y la alta representante para la política exterior y de seguridad común, Catherine Ashton.



Se trata de un momento de transición y la actuación de Zapatero sentará un precedente para los próximos semestres. Según López Garrido, ha gestionado "con tacto" esa situación, "con sentido de futuro y siempre dispuesto a ayudar".

Ante los reproches que ha recibido Ashton de algunos países por sus ausencias en citas importantes o su reacción tardía ante determinados acontecimientos, el secretario de Estado estima que hay que aceptar las críticas sana y democráticamente porque cualquier dirigente político se equivoca, pero pide tiempo para la británica.

Una figura que se convierte en la ministra de exteriores de la Unión considera que requiere un periodo de rodaje, sobre todo cuando no cuenta con la maquinaria que necesita, el servicio europeo de acción exterior.

El lanzamiento de esta diplomacia comunitaria es uno de los objetivos prioritarios de la presidencia española, que ha acelerado también la presentación de la iniciativa legislativa popular europea y trabaja para sacar adelante proyectos como la orden de protección europea para las víctimas.


Próximas citas

Tras la cancelación de la cumbre con EEUU -cita que, reconoce López Garrido, a España le hubiera gustado organizar- quedan dos importantes reuniones para los próximos tres meses.



En mayo tendrá lugar la cumbre entre la UE y América Latina, en la que el Gobierno espera que se firmen los primeros grandes acuerdos de asociación con Centroamérica, Colombia y Perú.

El secretario de Estado no descarta en estos momentos que se pueda "resucitar" también el "oxidado" diálogo con Mercosur (Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay), un conjunto de países con una importancia crucial en Latinoamérica y que, en su opinión, necesitan también una relación preferente con Europa.

La otra gran cita será la cumbre de la Unión por el Mediterráneo prevista para junio en Barcelona, un encuentro que, como todo proyecto en el que participan árabes e israelíes, puede verse afectado por imponderables en la región de Oriente Próximo.

"Es absolutamente necesario que esa cumbre se celebre y sirva para dar estabilidad a la región", subraya López Garrido, quien asegura que el Gobierno está trabajando a fondo con los países de la región para que cuente con la máxima participación posible y no se vea empañada.

Queda mucha tarea para los próximos tres meses y está, dice, "absolutamente sumergido en la vorágine de la presidencia", por lo que garantiza que no presta atención a los rumores de cambio de Gobierno, en los que suele barajarse la salida de su jefe Miguel Ángel Moratinos.

A su juicio, "eso lo sabe solamente el presidente del Gobierno y el cuello de su camisa" y resulta una pérdida de tiempo elucubrar sobre sus intenciones cuando la presidencia de la UE atraviesa un momento "crucial".