Cincuenta mil folios

Nada más y nada menos que cincuenta mil folios, 50.000, forman el sumario del llamado 'caso Gürtel', investigado por la Justicia y en el que están presuntamente implicados cargos del Partido Popular, personas de confianza hasta que la pierdan. Cincuenta mil folios no los escribieron en toda su vida Homero, Shakespeare, Cervantes y Pablo Neruda, si hubiesen hecho una sociedad de escribidores. Ni García Márquez, Vargas Llosa, Cabrera Infante y todo el 'boom' de la literatura latinoamericana.

     Cincuenta mil folios son muchos folios, y más se parecen a la guía telefónica, por tantos nombres como contienen, que a 'El Quijote' o a 'Cien años de soledad'.

     Pero este sumario, como un océano de palabras, ha sido trasladado a las partes por medio de un sistema informático al que sólo pueden acceder las personas interesadas legalmente en el caso.

    Al ciudadano de a pie le queda la impresión de que todo es excesivo: desde los presuntos delitos de gentes que abusaron de la confianza depositada en ellos hasta este 'novelón' de tomos infinitos que ni siquiera el juez y los fiscales y la defensa van a leer, porque necesitarían tener siete vidas, como los gatos.

     Pero los cincuenta mil folios huelen a podrido, producen cabreo, originan desconfianza, y se da por sentada la percepción de que, en la joven -o no tan joven-   democracia española, muchos se valen del Poder  legítimo que les dan las urnas para trincar. Y no es un asunto de ideologías, puesto que 'chorizos' los hubo y los hay en la derecha y en la izquierda, en el centro y en los nacionalismos. No es cuestión de ideologías sino de personas. Y muchas personas, demasiadas, están dejando mucho que desear con respecto a su honradez, ya sea por alargar la mano o por tapar a los corruptos.

     Este comentario es o pretende ser todo lo contrario de un púlpito para impartir doctrina, y prefiere ser un espejo en el camino para contar lo que pasa. Pero lo que está ocurriendo es muy grave, y a veces impresentable. El dinero público es sagrado, y  no se pueden saquear las arcas de los huérfanos de la Guardia Civil o de la Comunidad. ¿No se puede? Mejor diríamos que no se debe, porque ladrones... 'haberlos, haylos'.

     En fin, que a ver si se aprende de una puñetera vez, por parte de quienes no tienen principios morales ni más ética que su codicia, que robar es de mala educación. Y además se debe pagar muy caro. Cincuenta mil folios narrando 'trapicheos', prevaricaciones, tráfico de influencias, usuras y 'mangoneos' son... demasiados folios.