"He portado este uniforme, espero que, con la venia de mis superiores, me permitan seguir portándolo", expresó
Moncayo.
Así mismo, frente a las polémicas declaraciones que ofreció el día de su liberación; en las que no agradeció la gestión realizada por el presidente
Uribe en el proceso de su entrega, pero en cambio sí reconoció las acciones emprendidas por los presidentes de Venezuela, Ecuador y Brasil; el sargento manifestó que le pareció
"muy hipócrita" enviar un saludo a al mandatario cuando en una de las pruebas de supervivencia, divulgada en septiembre de 2009, le exigió fuertemente
“abrir las puertas” del acuerdo humanitario y trabajar en su liberación.
"Después de haber enviado el último vídeo, en el que yo golpeo la mesa, me parece a mí muy hipócrita, venir a saludar al presidente", opinó el uniformado, quien agregó que
“el Gobierno sencillamente hace lo que tiene que hacer: cumple con la Constitución”.
De otro lado,
Moncayo, quien estuvo secuestrado por las FARC durante 12 años, expresó su temor frente a la situación de riesgo en la que pudo quedar él y su familia a raíz de afirmar, tras su liberación, que las FARC
"parecen invisibles, pero ahí están", motivo por el que el Ejército les ha ofrecido protección.
El uniformado lamentó que los guerrilleros le despojaran de un maletín en el que llevaba mensajes de los cinco uniformados con quienes compartió el cautiverio desde 2001, entre ellos el sargento
Libio José Martínez, secuestrado junto a él.
Por su parte, el también liberado
Josué Daniel Calvo, quien pocas palabras ofreció en la rueda de prensa, confesó que los guerrilleros intentaron asesinarlo el día en que fue secuestrado.
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