Las mutuas confesiones de Melanie Griffith

    Con estas confesiones Melanie pone fin a las especulaciones que se vienen haciendo desde hace tiempo sobre su drogodependencia, y que aumentaron cuando hace un año más o menos tuvo que ingresar en una clínica especializada, en la que entró por voluntad propia y de su familia, conscientes como son de que la  ingesta de determinados medicamentos que le recetó su médico, y que para otra persona no tendría consecuencia alguna, a ella le ponen al borde mismo del abismo.

   Con la franqueza que le caracteriza la esposa de Antonio Banderas cuenta lo bien que se encuentra en estos momentos: "me siento libre, no bebo, no tomo pastillas. Es como haber salido de prisión". Lo que no le impide estar alerta a cualquier contratiempo que pueda surgirle, como por ejemplo, cuando le descubrieron un melanoma en el labio superior, enfermedad que combatió con los medicamentos pertinentes, que a ella le producen un efecto mortífero, por las razones antes explicadas.

   La situación de Melanie no es única, todo lo contrario, son muchas las personas que padecen un mal que les rompe la vida, por más que la sociedad no condene el alcoholismo con la misma contundencia con la que se condenan otro tipo de drogas. Beber por frivolidad o para mitigar males menores suele ser frecuente en nuestra sociedad, lo que convierte a la gente en alcohólicos, por más que muchos de ellos se nieguen a admitir que lo son. En el caso de la estrella hollywoodense ha tenido la enorme suerte de contar con la complicidad y ayuda de un hombre que ha demostrado tener los pies en el suelo y la cabeza muy bien amueblada. Prueba de ello es el tratamiento que él mismo da a un tema que sin duda alguna le produce dolor de cabeza e incomodidad, pero que ha sabido sobrellevar con normalidad. ¿Cómo? Contestando sinceramente cuando se le pregunta por Melanie y sus circunstancias.

   No es Antonio un hombre que se haya dejado deslumbrar por las luces de neón, ni por los cantos de sirena de un mundo, el del cine norteamericano, al que gusta usar exprimir a sus estrellas para después dejarles caer sin que se les mueva una ceja. No, si algo hay que agradecerle al actor malagueño, es la naturalidad con la que se mueve por la vida, la importancia que da a su estabilidad familiar, siendo como es gente normal, sin olvidar sus raíces, lo que demuestra sin duda que tiene una cabeza muy bien amueblada. Quizá sea la razón por la que mucha gente se siente solidaria con su situación, pero sobre todo con su constancia, y con el amor que ha demostrado tener a una mujer a la que admira desde que llevaba pantalón corto, y con la que piensa seguir pase lo que pase, y diga lo que diga la prensa sobre ellos.

   Ayudar a Melanie a superar la adición a las pastillas y al alcohol es hoy prioritario para Banderas y su hija, prueba de ello es el apoyo que le han dado antes y después de su última recaída, la ayuda psicológica que le han prestado durante el tiempo que ha estado ingresada. Fundamental en este tipo de enfermedades y un ejemplo a seguir por todos aquellos que como Antonio tienen a una persona querida en una situación desesperada.