www.diariocritico.com
O se pasan o no llegan

O se pasan o no llegan

sábado 24 de abril de 2010, 13:18h
   Cuando los legisladores, tan enfrascados en sus broncas políticas, aprueban al fin una Ley parecen olvidar que ese texto va cambiar la vida de muchos ciudadanos. Después de la ardua pelea de no admitir enmiendas del contrario, de no cambiar ni una coma que dé la impresión de una concesión, o se pasan o no llegan.

   Es como el juego de cartas del "Siete y medio". La única diferencia es que aquí perdemos todos. Una prueba palmaria de este quedarse cortos se está viviendo en las calles estos días; miles de personas reclaman lo que la Ley de la Memoria Histórica no les ha devuelto: los cuerpos de sus familiares, asesinados por el franquismo, mas de cien mil, que todavía yacen en la cunetas de las carreteras de España. Si acudieron al juez Garzón fue porque nadie les dio amparo. El PP se opuso, como siempre, a lo que considera reabrir heridas y a ahondar en un pasado negro sobre el que quiere correr un tupido velo. El PSOE, por falta de coraje, por miedo a perder votos, no cerró con esta ley las reivindicaciones de las víctimas. Pero mientras esa pústula no se cierre como un fantasma reaparecerá cíclicamente para recordar que no se puede dejar a los muertos sin nombre en los arcenes.

   Hay también leyes que, bienintencionadas, cuando se llevan al extremo en su aplicación se convierten en un disparate que el legislador debía haber previsto. Sin ir más lejos la de Igualdad, que aplicada a rajatabla en las prisiones, ha modificado el reglamento interno de los funcionarios haciendo que mujeres pasen a vigilar en las cárceles de hombres y viceversa.

   El cese fulminante de toda la dirección del centro de reclusas de Meco en Madrid, por presuntos favores sexuales de las presas a funcionarios a cambio de droga o alcohol, es un prueba del despropósito de la igualdad en determinados ámbitos.

   Por si fuera poco lo ocurrido, cabe añadir que han sido las funcionarias de prisiones, a las que se pretendía "ayudar" con la Ley de Igualdad, las que han denunciado el empeoramiento en las condiciones de trabajo que ha supuesto para ellas el tener que controlar a reclusos varones muy conflictivos, y ver como sus puestos en los centros de mujeres eran ocupados por funcionarios con menor nivel de capacitación del que a ellas se les exigió para ocupar la misma plaza.

   Cuando el rigor extremo está reñido con la cordura debería primar siempre esta última para evitar males mayores.


Lea también:
¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (2)    No(0)

+
0 comentarios