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Con la ayuda de la “realidad virtual”

Universidad Nacional: inicia novedoso tratamiento antifobias

Universidad Nacional: inicia novedoso tratamiento antifobias

domingo 06 de mayo de 2007, 02:13h

Informa, Georgina Cárdenas López, de la Facultad de Psicología que se incorpora tecnología para exponer a los pacientes a situaciones y lugares temidos. La Facultad de Psicología de la UNAM, a través del Centro de Servicios Psicológicos Guillermo Dávila, inicia por primera vez en México el tratamiento de fobias con realidad virtual, informó Georgina Cárdenas López, integrante de dicha entidad.

Este tipo de métodos, que serán los protocolos de atención del siglo XXI, incorpora tecnología para exponer a los pacientes a situaciones y lugares temidos, mediante ambientes tridimensionales en los cuales se puede navegar e interactuar, y que al causar la sensación presencial, permiten afrontar los entornos sin aversión, añadió.

Detalló que, de forma inicial, se proporciona terapia contra los temores a verse en lugares públicos o agorafobia, a volar en avión y a hablar en público –no como problema de oratoria, sino como alteración psicológica–.

Las fobias, explicó, son trastornos de ansiedad que se caracterizan porque una persona tiene miedo exagerado e irracional a un objeto o situación de la cual, considera, le sería difícil escapar.

Por ejemplo, la agorafobia es un temor a sitios abarrotados o abiertos, llenos de gente, donde “algo” podría pasar sin que nadie conocido esté cerca para ayudarlos a salir.

Ante un riesgo o amenaza real, abundó la experta, el organismo se defiende y activa.

No obstante, en este caso, sin que exista tal situación, aparecen síntomas como sudoración, palpitaciones, taquicardia, falta de aire, entumecimientos, miedo a perder el control, a volverse loco y, en un momento dado, la sensación de muerte.

En otros casos, se puede registrar un ataque de pánico. Pueden ser discapacitantes, señaló Cárdenas López.

Alguien con miedo a subirse a un avión y que requiere viajar debe usar transporte terrestre o negarse a ir; o si tiene temor a lugares públicos puede dejar de trabajar, de salir a la calle, de hacer compras, si no hay alguien que la acompañe; se aísla y retrae.

“De acuerdo con la actividad y el tipo de fobia es el grado de discapacidad que resulta. Además, hay diferencias individuales; no todas las personas presentan los mismos síntomas”, aclaró.

La universitaria expuso que existen muchos tipos, pues se mencionan más de 200.

 Pero son seis o siete los básicos, entre ellos a animales pequeños, la acrofobia o miedo a las alturas, agorafobia, claustrofobia o a lugares pequeños, y un tipo de miedo o estrés postraumático, luego de un asalto o un accidente, por ejemplo.

En nuestro país, según datos de la Encuesta Nacional Epidemiológica Psiquiátrica realizada en 2003 por el Instituto Nacional de Psiquiatría, la población de mujeres las padece más.

“Es decir, 4.3 de ese sector ha experimentado cuando menos una vez en su vida una fobia específica y 7.3 una fobia social”, detalló.

Ellas tienen trastornos asociados a problemas de ansiedad, en tanto que los hombres tienen más casos asociados a uso de sustancias, como alcohol y drogas, agregó.

Georgina Cárdenas recordó que el tratamiento cognitivo-conductual consiste en diversas fases: de psico-educación; enseñanza de estrategias de reducción de ansiedad y de reestructuración cognoscitiva, o sea, de modificar pensamientos negativos e irracionales por otros racionales, y técnicas de exposición.

Lo mejor es exponer al paciente a la situación temida.

Antes de la realidad virtual se hacía “en vivo”, se llevaba al paciente al lugar o situación temidos; después se usó la imaginación donde el paciente lo visualizaba, siempre en compañía del terapeuta, quien le recuerda emplear las técnicas aprendidas para reducir ansiedad y modificar pensamientos, precisó. Sin embargo, tiene desventajas.

Una es el costo; otra, la exposición pública del sujeto.

Además, el responsable debía ser experimentado, porque hay variables que no se pueden controlar y la situación puede resultar más agresiva de lo considerado, refirió.

Así fue que se comenzaron a usar las nuevas tecnologías en el procedimiento psicológico y exponer a la persona a las situaciones temidas, pero en realidad virtual.

Sólo necesita lentes estereoscópicos en un consultorio, de forma confidencial; y el terapeuta tiene control total de los ambientes que se le presentan.

En este proyecto, realizado por el Laboratorio de Enseñanza Virtual de la FP en colaboración con el Observatorio de Visualización Ixtli de la UNAM y con la universidad española Jaume I, “se hace un desarrollo tecnológico para el tratamiento, el cual resulta menos costoso y con la seguridad de que el paciente no tendrá un ataque de pánico que requiera de ayuda médica”, puntualizó.

Para esta nueva modalidad, dijo, se han creado escenarios familiares, donde el afectado puede “caminar” solo, con 10 o 100 personas, de día o de noche, además de activar estímulos interoceptivos o sonidos de respiración agitada o latidos de corazón acelerado que lo hagan sentirse inmerso.

Puede explorar cada ámbito y supera sus miedos.

En la UNAM se crearon los ambientes virtuales para agorafobia. “Para los otros dos trastornos se trabaja con una transferencia tecnológica de la universidad española mencionada, con la que se tiene un convenio”, aclaró.

Georgina Cárdenas anunció que se darán sesiones demostrativas en el Laboratorio Ixtli dirigidas a estudiantes de psicología y psiquiatría para que conozcan estos procesos.

Concluyó que para ampliar este campo de conocimiento, donde participan tan sólo 450 científicos en el mundo, la FP y el Ixtli, con sus diseñadores, programadores, matemáticos, clínicos y psicólogos, ya buscan abarcar otros problemas, como el trastorno obsesivo compulsivo.

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