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¿Quién las paga?

¿Quién las paga?

sábado 01 de mayo de 2010, 23:30h

Ninguno de quienes exigían las primarias realizó actividades para cubrir sus costos

Sin duda, las primarias han probado que son un excelente método de escogencia de candidatos y de resolución de conflictos y aspiraciones. Empero, presentan un serio problema: los costos para su instrumentación. Ciertamente todos queremos primarias pero, ¿quién las paga? Ninguno de quienes las exigían realizó actividad alguna para recolectar fondos y cubrir sus costos. La última semana muchos se quejaban de la poca promoción que las mismas tuvieron. La Mesa Técnica que las coordinó nunca recibió lo necesario para costear esa promoción. A duras penas logró, con el aporte de los aspirantes, cubrir los costos de su puesta en ejecución.

La norma constitucional que prohibió el financiamiento público de la actividad política, que tantas veces hemos criticado, vuelve a ponerse en evidencia como el gran obstáculo para lograr soluciones a futuro. La verdadera democracia es costosa pues implica la realización constante de consultas a la ciudadanía y esos procesos de consulta siempre suponen erogaciones de importantes cantidades de dinero.

Cuando la prohibición se discutió en la Asamblea Constituyente, nos opusimos públicamente a que fuera consagrada pues iba en contradicción con el principio de democracia participativa que nacía en Venezuela con la Constitución de 1999. Si la democracia iba a ser calificada de "participativa", el Estado venezolano debía destinar recursos para que esa participación efectivamente se diera. Lamentablemente imperó más en muchos el ánimo revanchista (señalando el financiamiento público de la política como un acto de corrupción) que el verdadero sentido que tiene ese financiamiento público: que la participación política sea gratuita para que todos puedan competir en igualdad de condiciones. Así sucede en Alemania, Francia, España o México. En muchos países incluso se ha prohibido el financiamiento privado de la actividad política, asumiendo el Estado todo su costo, para así garantizar que los actores políticos sólo dependan de sus conciencias y no de un grupo económico determinado y luego sientan el compromiso en la función pública de favorecer sus intereses y no los intereses colectivos de los ciudadanos que los elijan.

Dada la prohibición constitucional, al órgano electoral no le está permitido sufragar los costos de procesos de selección de candidatos, ni dentro de los partidos, ni si se producen alianzas entre partidos para escogerlos. Tampoco puede costear la elección de las autoridades internas de un partido político ni puede controlar y otorgar fondos para promocionar estos eventos. Cuando interviene debe cobrar los costos en que incurra, como hizo en este proceso de primarias.

Así, la actividad de primarias o cualquier otra actividad que no sea propiamente un proceso electoral constitucionalmente contemplado debe ser sufragada privadamente, restringiéndose así las posibilidades de participación democrática en múltiples procesos que podrían ser consultados a los ciudadanos.

Algunos candidatos poseían suficientes recursos propios como para costear de sus bolsillos no sólo lo necesario para sus campañas sino lo solicitado por la Comisión Técnica para su funcionamiento y además la logística necesaria para la alimentación de sus testigos de mesa y las comunicaciones entre ellos y sus comandos de campaña. La mayoría no tiene esa suerte y tuvieron que acudir a ayudas y contribuciones privadas. Hasta un potazo realizó un candidato, por suerte con bastante éxito, lo que le permitió su inscripción, dinero que al retirarse dejó en manos de la Comisión Técnica para contribuir a sufragar los costos de todo el operativo, incluyendo lo que el propio CNE solicitó para apoyar con sus máquinas. Debe buscarse un mecanismo legal que permita que la democracia penetre en todos los órdenes y que, a tal fin, pueda el Estado costear esa democracia. Hoy creo que hasta el propio chavismo debe haber cambiado a este respecto la posición tan radical que, quizás por falta de conocimiento, mantuvo en la Constituyente.

Felicitamos desde esta columna el trabajo realizado por la Comisión Técnica de las Primarias, presidida por Ramón José Medina y todo su equipo, quienes, literalmente con las uñas, llevaron adelante el proceso. Igualmente congratulamos a las comisiones estadales, a los candidatos sobre quienes recayó la responsabilidad de motivar al elector y, muy especialmente, a los electores que acudieron al llamado y escogieron con sus votos a los candidatos de la unidad. Así se construye democracia.

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