Sólo 73 ancianos se benefician de una ayuda de la Comunidad prácticamente desconocida

El programa de acogimiento familiar, como se llama oficialmente, ofrece una alternativa de alojamiento y de atención en una familia a los mayores que no puedan residir en su propio hogar. Fue puesto en marcha por la Comunidad de Madrid en 1992 y es gestionado por Cruz Roja. El acogimiento contempla unas ayudas económicas por parte de la Comunidad de Madrid para sufragar los gastos derivados de la acogida y de la atención de los mayores que este año ascienden a 665 euros al mes.

Además, Cruz Roja también proporciona otro tipo de ayudas a las familias. "Les facilita información sobre los recursos sociales y psicológicos a los que pueden acceder, se les da charlas sobre como atender al mayor y se les ofrece apoyo psicológico", informa Nieves Fernández, trabajadora social de Cruz Roja. Además, las familias pueden disponer de la colaboración de un voluntario de Cruz Roja cuatro horas a la semana y también de asistencia domiciliaria si el mayor lo requiriera.

Pese a lo atractivo que resulta el programa por sus ayudas económicas y prestaciones, no hay tantas solicitudes como cabría esperar. A finales de 2006, tan sólo 73 mayores vivían acogidos en toda la Comunidad, cifra que por el momento se mantiene, ya que las ayudas se renuevan anualmente, salvo que el mayor se traslade a otra familia, ingrese en una residencia o fallezca.

Otra peculiaridad es que "casi todos los usuarios suelen ser mayores que ya estaban viviendo con las familias antes de acogerse al programa", asegura  Fernández. Y es que el programa permite acoger a personas con un grado de parentesco de tercer grado, es decir a tíos. Así, de las 73 familias que participaron el año pasado, 52 eran tíos de quienes les habían acogido. Eso no significa que el resto de mayores sean completos desconocidos pues se trata normalmente de amigos, vecinos o antiguos trabajadores de la familia.

Según la Comunidad, la edad media de los mayores participantes es de 89 años. En 2006, el 62 por ciento de los ancianos era dependiente, frente al 38 por ciento que tenía plena autonomía personal. La mayoría eran mujeres pues representaban un 81 por ciento. En cuanto al lugar de residencia,  más de la mitad vive con familias de la capital, y el resto está repartido por diferentes municipios de la región. Alcalá de Henares es la localidad que cuenta con más ancianos acogidos por detrás de Madrid.

Para poder participar en el programa, "lo único que tienen que hacer tanto las familias como los mayores es solicitarlo en los centros de Servicios Sociales municipales", indica Fernández. Posteriormente las solicitudes llegan a la Dirección General del Mayor y a Cruz Roja, que se encargan de evaluar y valorar la adjudicación de las ayudas. Además, Cruz Roja hace un seguimiento con llamadas mensuales y visitas cada dos meses a las casas.

Los únicos requisitos que se piden es que el  mayor lleve empadronado dos años en la Comunidad de Madrid, tenga más de 65 años cumplidos o 60 en caso de que necesite ayuda para la realización de las actividades diarias, no tenga bienes inmuebles ni disfrute de una pensión que supere la cantidad que da la Comunidad. Las familias acogedoras, por su parte, deben tener entre 25 y 65 años, han de tener  disponibilidad para atender al mayor, poseer una vivienda con espacio suficiente y en buenas condiciones, y disfrutar de una situación económica estable y suficiente.