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Propuso que los ciudadanos disponiendo de alimentos de calidad a precios razonables

Afán de Ribera intervino en el Parlamento Europeo en el debate sobre la PAC

Afán de Ribera intervino en el Parlamento Europeo en el debate sobre la PAC

martes 11 de mayo de 2010, 14:03h

El secretario general de ASAJA-Sevilla, Miguel Afán de Ribera, intervino en la audiencia organizada por el Parlamento Europeo para conocer la opinión de los expertos sobre el futuro de la PAC.

 Tras la apertura del debate a toda la opinión pública europea sobre el futuro de la PAC por parte de la Comisión Europea a mediados del pasado mes de abril, el Parlamento Europeo, que en esta legislatura tendrá poder de co-decisión, ha decidido abrir un debate a un nivel superior, y ha convocado al propio comisario de Agricultura de la Unión Europea, Dacian Ciolos, y a media docena de prestigiosos expertos en agricultura y desarrollo rural de otros tantos países de la Unión Europea para conocer de primera mano sus reflexiones sobre el futuro de la PAC, la agricultura, la alimentación y el desarrollo rural en Europa.

El único representante español que intervendrá en este encuentro será el secretario general de ASAJA-Sevilla, Miguel Afán de Ribera, que intervendrá, en su calidad de vicepresidente del Comité Consultivo de Desarrollo Rural de la UE, quien trasladará a los parlamentarios y a toda la opinión pública la necesidad de reforzar la PAC, que además de ser la única política común de la UE, permite que los ciudadanos europeos dispongan de alimentos de calidad a precios razonables, un objetivo que se completa con otros de carácter medioambiental.

 En esta audiencia pública de expertos que organiza el Parlamento Europeo participaron también el comisario europeo de Agricultura y Desarrollo Rural, Dacian Ciolos, el vice-presidente del COPA, Gerd Sonnleitner, el director del Instituto de Agricultura y Desarrollo Rural de la Academia de Ciencias de Polonia, Miroslaw Drygas, el viceprecidente de la Unión Central de Productores Agrícolas y Propetarios Forestales de Finlandia, Esko Suomala, el ex-ministro de Agricultura de Portugal y presidente de AGROES, Sevinate Pinto, y el presidente de MOMAGRI,el francés Pierre Pagesse. 

TEXTO INTEGRO DE LA PONENCIA

Honorables Miembros del Parlamento, Sr. Comisario De Agricultura, Autoridades

 

En primer lugar, quiero poner de manifiesto mi agradecimiento por darme la oportunidad como agricultor de poder dirigirme a  Sus Señorías.

 

La agricultura a través de la PAC ha sido el eje cohesionador de la actual Unión Europea desde la Conferencia de  Stresa. Sin embargo, desde los años 80, la presión  de la Organización Mundial del Comercio, (OMC),  y de los países más competitivos del mundo con los Estados Unidos a la cabeza, ha provocado que la agricultura europea y su instrumento fundamental, la PAC, haya sufrido un progresivo desmantelamiento consentido y apoyado por nuestras Instituciones, aprobando a nuestro juicio, de manera inadecuada reformas cada vez más radicales -1992 (Mcsharry), 2000 (Agenda 2000), 2003 (Revisión Intermedia) y 2008 (Chequeo Médico)- que han convertido a nuestro sector en una “caricatura” de lo que fue.

 

No es que a los agricultores europeos nos desagraden acuerdos como el “Todo menos las armas”, o como los firmados con los Países Mediterráneos o con los  ACP, o las negociaciones de la OMC o MERCOSUR, lo que exijimos es reciprocidad y que se evite la competencia desleal en los acuerdos a que se lleguen.

 

Tampoco los agricultores somos inflexibles a los cambios exigidos por la globalización y por la producción sostenible. Al contrario, hemos sido los primeros en adaptarnos a los nuevos deseos de la sociedad, referidas a prácticas sostenibles de producción, protección del medio ambiente,  la biodiversidad y el bienestar animal o el paisaje. El incremento de la calidad y seguridad de nuestras producciones o el uso eficiente y respetuoso del agua. Sin olvidar nuestra importante contribución a la lucha contra el cambio climático.

 

Los agricultores europeos hemos apoyado las distintas ampliaciones de la UE y especialmente la última a los países del Este, y lo seguiremos haciendo con las próximas.

 

Por ello, nos resulta inadmisible la negociación realizada por la UE en las distintas rondas de la OMC (Seatle, Cancún, Doha, Hong Kong…). En todas ellas, la Comisión ha ido cediendo con carácter previo a las mismas en el desmantelamiento de la PAC, mientras que nuestros competidores, especialmente los Estados Unidos y los Países del Grupo de Cairns, jamás han cedido nada. El sacrificio de la Agricultura Europea no solo no ha servido para llegar a acuerdo alguno, sino que ha dejado a este sector  en una situación de precariedad absoluta que está llevando a una agricultura de “semisubsistencia” a numerosas zonas agrícolas de la UE anteriormente prósperas

 

Nos produce estupefacción que reforma tras reforma nuestras Instituciones hayan incrementado los objetivos y exigencias a los agricultores. Creciendo las zonas gestionadas por los mismos con las nuevas adhesiones de países a la UE. Ampliando la PAC a un mayor número de agricultores. Incrementando las ya antes  numerosas exigencias sanitarias y medioambientales. Debiendo  satisfacer las necesidades alimentarias de muchos más consumidores.

 

Y todo ello, con un presupuesto inferior en términos reales al de partida, con lo que evidentemente ha resultado imposible cumplir con los objetivos previstos. Sufriendo además la competencia desleal de países  que no cumplen nuestras estrictas normas en producción.

 

Nos resulta sorprendente que con antelación a las numerosas reformas de la PAC siempre hayan existido “justificaciones” basadas en la necesidad de hacernos “competitivos”(SIC),  exigencias de  acuerdos internacionales o unos supuestos deseos de la opinión pública, favorables a la reducción de los presupuestos de la PAC.

 

Resulta igualmente chocante  que estos “deseos de la opinión pública” se contradigan con los resultados  por ejemplo del último Eurobarómetro publicado en marzo de 2010, que resalta que el 90% de los encuestados cree que la agricultura es un sector prioritario para Europa y está a favor del presupuesto agrario. Lo que significa, una de dos, o que las encuestas utilizadas por la Comisión para sus reformas eran una coartada, o que la opinión pública europea ha cambiado radicalmente en los últimos 15 años.

 

¿A dónde nos ha llevado esta forma de actuar de nuestras Instituciones y Estados Miembros?

 

La respuesta la pueden encontrar Sus Señorías simplemente echando un vistazo a las estadísticas de Eurostat o mejor aún  “pateando” los campos de la UE de norte a sur y de este a oeste. Así podrán comprobar  que la mayoría de las explotaciones agrarias se encuentran en una situación de crisis sin precedentes, en la que no solamente no nos hemos acercado a la renta de los demás sectores, sino que estamos en el 50% de la misma y con tendencia a la baja. A pesar de la incorporación de países con renta per cápita muy inferior a la de la UE 15. Lo que resulta inaceptable en la Europa del Siglo XXI.

 

En estos momentos, nuestras familias no alcanzan un nivel de vida digno, similar al que disfrutan el común de los ciudadanos europeos. Tampoco se produce la tan ansiada incorporación de jóvenes agricultores a un sector al que por decisión política se está dejando sin futuro.

 

Además, no deja de incrementarse la superficie de tierras abandonadas, especialmente en las zonas desfavorecidas que son la mayoría, con negativos efectos sociales, económicos y medioambientales.

 

Los pagos directos se están utilizando en gran parte para cubrir los costes de la producción, puesto que los precios del mercado están a un nivel inferior al de aquellos, con lo que la renta del agricultor no deja de disminuir. Tal y como se puede constatar con los datos oficiales de Eurostat, ello, a pesar del alto número de agricultores que anualmente abandonan la profesión. Por primera vez en la historia de la PAC, esta situación afecta a todos y cada uno de los sectores de la agricultura europea.

 

El pasado día 12 de abril,  el Comisario Sr. Ciolos abrió en este Parlamento, un debate público para que la sociedad opine sobre el Futuro de la PAC post 2013, y posteriormente, la Comisión redactará una Comunicación que ha de ser consensuada con Sus Señorías y los Estados miembros.

 

¿Qué pensamos los agricultores sobre lo que se debe hacer antes?

 En primer lugar, debemos asegurarnos  la permanencia en la profesión de los agricultores y ganaderos  hasta el 2013, hecho que no está ni mucho menos garantizado, dada la gravísima crisis por la que atravesamos.

 

Para ello, es urgente preparar un Plan de Choque que nos permita sortear los gravísimos problemas que sufrimos: falta de regulación de precios, desequilibrio en el trato con las grandes distribuidoras, normas de competencia excesivamente rígidas, importaciones desleales, prohibiciones para poder utilizar en nuestro sistema de cultivos las nuevas tecnologías y el I+D+I que utilizan nuestros competidores, sea la OMC o MERCOSUR y otros muchos desajustes imposibles de enumerar en esta breve intervención. Todas estas distorsiones y el nivel de endeudamiento que nos están provocando, hay que atajarlos ya, si queremos contar con agricultores en 2013.

 

¿Y que pensamos de la PAC para después de 2013?

 

Los agricultores sencillamente pedimos que se cumpla la legalidad del Tratado de Lisboa, las demandas reales de la sociedad y que las Instituciones y Estados Miembros de la  UE actúen con coherencia.

 

Somos conscientes de la brutal crisis económica que nos asola. Pero también sabemos que Europa no puede prescindir de un sector estratégico como el agrario, si queremos ser respetuosos con las normas que nos otorgamos y hacer frente a los retos de la Unión y al incremento exponencial de la población mundial.

 

Poner en riesgo a casi 30 millones de trabajadores del campo, a 5 millones de trabajadores de la agroindustria, a 12 millones de agricultores, más  todos los sectores dependientes de la agricultura y de la agroindustria, exige una atención especial prioritaria para el sector agrario. No sólo por sus efectos directos sobre la economía y el empleo europeo, sino porque sin este entramado socio-económico-medioambiental, difícilmente podremos cumplir con los nuevos retos que la UE se ha fijado en el Tratado de Lisboa y  en la propia Estrategia de la UE 2020. Que en su texto, aunque sea a última hora y con “calzador”, ha incorporado una alusión muy directa a la PAC y a la agricultura, dentro de los objetivos de la Estrategia: inteligente, sostenible e integradora.

 

Sus Señorías saben que la PAC actual, entre otros defectos, adolece de dos fundamentales: un presupuesto insuficiente y la falta de mecanismos de regulación de mercados en una situación de hundimiento generalizado de precios.

 

No obstante, la vigente PAC, cuenta con instrumentos adecuados, para cumplir sus objetivos, como los regulados en el llamado Primer Pilar y  en el Segundo Pilar, pero para que estos instrumentos sean eficaces, ambos pilares deben ser potentes presupuestariamente e independientes entre sí, lo que no ocurre en la actualidad. 

 

Asimismo, la PAC actual cuenta con instrumentos perversos que en nuestra opinión deben ser erradicados, como la modulación, que traslada fondos del Primer Pilar al Segundo Pilar, o como todos aquellos que mediante el fomento de la cofinanciación atentan contra el principio fundamental de la solidaridad financiera, sin la cual la PAC y la cohesión de la Unión pasan a ser una mera “quimera”.

 

Sobre estas bases hay que simplificar de verdad los procedimientos para los agricultores, y no como se ha hecho en anteriores reformas, donde pese a las promesas de simplificación, ésta jamás ha llegado al administrado.

 

Por otra parte, es una realidad que en la UE conviven muchos tipos de explotaciones y de agriculturas y no debemos aplicar una norma igual para tal diversidad. El Pago Único o la remuneración de los Bienes Públicos como ahora se denomina, entre los que destacamos la garantía en cantidad y calidad del suministro alimentario a los consumidores europeos y parcialmente al resto del mundo, debe apoyarse en  principios objetivos y nunca sobre la base de una tasa plana como algunos proponen, puesto que ello supondría un atentado al principio de igualdad que debe regir a los agricultores europeos, puesto que no es lo mismo equidad que igualdad como todos sabemos.

 

Tampoco conviene olvidar la necesidad de incrementar el  esfuerzo para mejorar  la competitividad real de las explotaciones, que debe alcanzarse mediante la mejora de sus estructuras y su dimensión para facilitar las economías de escala.

 

Los Bienes Públicos que actualmente no estén remunerados deberán reconocerse y cuantificarse para establecer unas normas de indemnización en función de su proporcionalidad al bien común.

 

A los agricultores nos encantaría poder vivir dignamente solo de los ingresos percibidos por las ventas de nuestros productos obtenidos de una manera sostenible, pero desgraciadamente ello no es posible en estos momentos por las propias características intrínsecas a las múltiples agriculturas europeas y por el desmantelamiento de la PAC realizado por nuestras Instituciones y Estados Miembros en las últimas reformas.

 

Llegados a este punto, me gustaría realizar a Sus Señorías, unas preguntas cruciales para nuestro debate.

 

¿Sigue siendo la agricultura estratégica para Europa ? ¿Creen Sus Señorías que la PAC es el instrumento adecuado para desarrollar este sector? ¿Piensan Sus Señorías que con el presupuesto actual de la PAC se pueden cumplir los objetivos pretendidos?

 

 

Como a pesar de la que nos ha caído, los agricultores somos optimistas, creemos que la racionalidad y la cordura primarán entre nuestros responsables políticos a la hora de la toma de las decisiones que correspondan.

 

Por ello, queremos pensar que una PAC suficientemente dotada presupuestariamente, funcionará después de 2013, y en ella deben integrarse, además de los elementos ya señalados en mi intervención, los que señalaré a continuación.

 

En caso de que hayan grandes variaciones con respecto  a la PAC actual, es necesario implantarlas paulatinamente.

 

Debe ponerse fin a la competencia desleal, hoy permitida por la Comisión y los Estados Miembros en las importaciones de otros países, y debe por tanto vigilarse  estrictamente el cumplimiento de los contingentes y las condiciones de producción y trazabilidad de los productos importados, que deben ser similares a las exigidas  en la UE.

 

Las reglas de la competencia interna no deben prohibir que los agricultores alcancemos y fijemos acuerdos de precios con nuestras agroindustrias y distribuidoras.

 

Debe fomentarse el equilibrio en la cadena alimentaria, actualmente en quiebra al estar volcado a favor de los oligopolios de la distribución alimentaria, en claro perjuicio para los agricultores, industriales y consumidores.

 

Deben recuperarse e incorporarse mecanismos de regulación de mercados que permitan hacer frente a la volatilidad de los precios y las catástrofes naturales.

 

Debe ponerse fin a los escapes de CO2, de manera que no se contabilice en la cuenta del consumidor las emisiones producidas en origen.

 

Teniendo en cuenta que los agricultores gestionan alrededor del 80% del territorio de la Unión Europea. El Desarrollo Rural, deberá mantenerse como parte de la PAC, si bien, dados los problemas en la aplicación del  enfoque Leader utilizado en los Ejes 3 y 4 del Desarrollo Rural, no sería descabellado que exclusivamente estos Ejes. Que se refieren a la diversificación de actividades económicas en las zonas rurales, pasasen a la Política Regional, financiados por el Feder.

 

Y finalmente, debe dotarse a los agricultores y a todo el sistema agroalimentario, de una estabilidad que permita que las decisiones empresariales puedan acometerse con la mínima incertidumbre, al contrario de lo que viene ocurriendo en los últimos 15 años.

 

En consecuencia, si las Instituciones Europeas y los Estados Miembros están dispuestos a cumplir lo que solicitamos los agricultores y lo que el nuevo marco legal del Tratado de Lisboa les exige, creo que debemos llegar a un consenso.

 

En cualquier caso confiamos en el buen hacer de la nueva Comisión y sobre todo en el papel de Sus Señorías, que a buen seguro estarán a la altura de las circunstancias, en el nuevo e importante roll que les adjudica el Tratado de Lisboa.

 

NO NOS ABANDONEN!  Muchas gracias.

 

 

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