"Nunca fuera caballero...

...de damas tan bien servido, como fuera Lanzarote cuando de Bretaña vino", decía la segunda parte de El Quijote. Cambien  los nombres de Lanzarote por Zapatero, Bretaña por Bruselas y las damas por los sindicatos mayorítarios y verán como no se modifica ún ápice el romance. El impresentable de nuestro presidente se ha visto forzado a aplicar con caracter de urgencia un plan de recorte de gastos que le exige tanto su amigo Obama como Europa entera que no quiere otra Grecia a la que tener que salvar. Y los recortes van a pagarlos los de siempre. Desde luego no Toxo, Méndez, Pastrana, Carbonero y el de la moto que viven del cuento y no están dispuestos a perder la sopa boba que les mantiene tan ricamente, sino los pensionistas, los jubilados, los parados y los autónomos que pagarán el pato de los despilfarros de un Gobierno obsesionado en tirar el dinero para comprar votos. ¿Huelga general? Ja. Dicen ellos que plantearla en estos momentos de crisis sería "una irresponsabilidad". Sí, sí, Una irresponsabilidad es la suya que han permitido que lleguemos a donde hemos llegado sin abrir la boca ni plantear problemas no sea que Zapatero les cierre el grifo de las subvenciones. Mientras les callen la boca con los cursos de formación, aquí no se mueve ni Dios.

El Gobierno lo ha tenido claro desde el principio. España estaba estupéndamente. "Hemos iniciado la senda del crecimiento", decía Zapatero hace sólo una semana. ¿Se acuerdan de los "brotes verdes" que veía la ministra Salgado hace más de un añi? Al final ha pasado lo que tenía que pasar...Y Dios quiera que no lleguemos a más porque entonces los cinco millones de parados no van a ser un mal sueño sino toda una cruda realidad. El caso es que hay que recortar y Zapatero va a recortar en lo que le resulta más fácil, en los sectores sociales más débiles. Aquellos que el Gobierno sabe que no se lanzarán a la calle a quemar contenedores ni a destrozar el mobiliario urbano porque dependen del sueldo que les paga el propio Gobierno. Y no sólo eso, son los diez millones de ciudadanos (y ciudadanas) que, además, acudirán en su momento a votar religiosamente para volver a apoyar al poder establecido.

Van a rebajar, dicen, el cinco por ciento del sueldo de los casi cinco millones de funcionarios (de los cuales más de medio millón están en Andalucía, además del ya consabido millon de parados) y con ello, afirman, se van a ahorrar mil quinientos millones de euros. El chocolate del loro. Para más inri y para dar ejemplo de esa supuesta austeridad, los ministros se bajarán el sueldo el quince por ciento. Otra gilpollez más. Porque no es lo mismo, digo yo, que la prescindible Bibiana cobre diez mil euros menos al año de los más de cien mil que gana, o que Botín renuncie a cobrar cien mil euros de sus beneficos de cien millones a que, pongamos por ejemplo, mi madre o la suya, que pierdan mil euros de un sueldo anual de diez mil. Por eso, y sin que sirva de precedente, esta vez no me pareció mal la intervención de Mariano Rajoy en el debate sobre la crisis cuando pidió la supresión de varios Ministerios. Porque debemos de estar de acuerdo en que, por ejemplo, el de Política Terrotorial, sólo sirve para darle un último empleo antes de su jubilación a Chaves y Zarrías, el de Igualdad como altavoz a la chorradas de Bibiana o el de Vivienda (cuya ministra me apuesto lo que sea a que no saben que se llama Beatriz Corredor) como centro de colocación de fieles compañaeros del partido.

Porque es curioso que estas medidas  lleguen ahora, cuando los indicadores económicos comienzan a despertar del sueño en que han estado sumidos durante más de dos años. Es curioso que el Gobierno pida austeridad después de derrochar el dinero público en cheques bebé, subsidio a los parados o, lo que es aún peor, en avalar 20.000 millones a la banca culpable en buena medida de todo lo que está pasando. Todo es tan curioso y tan realmente indignante que sólo caben dos cosas: o que toda la oposición le plantée a Zapatero una moción de censura y haya elecciones anticipadas cuanto antes o que el país entero se eche a la calle para acabar de una vez con un Gobierno dispuesto a hundirnos en la miseria.