De Bambi a pesadilla

     El presidente Rodríguez Zapatero lo está pasando mal, lo que sería insignificante si el país lo estuviese pasando bien.  Dicen sus críticos que “Bambi” se ha convertido en una pesadilla, y que hemos pasado de “un soñador para un pueblo” a una calamidad para millones de españoles. La democracia es así, tiene su propio código genético,  su sorprendente ADN, y lo que hoy es barro mañana es oro, y viceversa.

     Esta semana hemos asistido al riesgo de que en el Congreso empitonasen,  como a Julio Aparicio, a Zapatero todos los toros que no llevasen el hierro de la dehesa socialista, pero las cuentas le salieron ayer, y el tijeretazo, que ataca a la femoral de los más débiles (pensionistas y funcionarios de bajo nivel) fue aprobado por un voto de diferencia: 169 a favor, 168 en contra. Se cuenta que, en el Ateneo de Madrid, en los tiempos de la República, se votó sobre la existencia de Dios, y ganó Dios por un voto.

    Zapatero no es Dios, ni es todopoderoso en el Sinaí, pero ayer ganó por un voto. Dicen los analistas que, de haber perdido la votación, hubiesen llevado a la enfermería al presidente, auxiliado por los banderilleros José Blanco y por Elena Salgado, y que ni el doctor Máximo García Padrós, que es el gran cirujano de los diestros heridos en Las Ventas, le hubiese podido salvar la vida. Zapatero, en Pozoblanco como “Paquirri”, pero no fue así: fue José Tomás en Aguascalientes o Julio Aparicio en Las Ventas, con el ángel de la guarda haciendo horas extras, esas horas que no les pagan a los guardias civiles.

   Dicen los analistas que Convergencia i Unió, con su abstención, le ha salvado la vida a Zapatero, pero que le ha prolongado la agonía. Dicen también que la derrota del plan de ajuste español habría provocado un endurecimiento de las exigencias europeas, y hubiese abierto las puertas a unas elecciones anticipadas. Unas elecciones que son demandadas por una buena parte de los ciudadanos, mientras que otros hacen suya la máxima de santa Teresa de “en tiempos de turbación, no hacer mudanza”, o lo que dicen las novelas del Oeste: “no cambies de caballo cuando estás atravesando el río”.

    Convergencia i Unió ha tenido la llave de la situación, y se ha portado con el discreto encanto de la burguesía. “Toda mala situación es susceptible de empeorar”, se han dicho. De momento, Zapatero ha tomado una sublime decisión: ha cancelado su viaje a Río de Janeiro, previsto para hoy, donde se debatirá sobre la metafísica de la “alianza de civilizaciones”, y se ha quedado en casa, haciendo los deberes.

     Y una nota grotesca:  un delincuente español, llamado “El Dioni”, que se fugó precisamente a Brasil tras haber robado 300 millones de pesetas del furgón de seguridad que custodiaba, le ha dicho a Zapatero: “Como me congeles la pensión, voy a tener que robar otro furgón”. “El Dioni”, líder de los descamisados, y Zapatero  (un soñador para un pueblo) recortando lo poco que queda del Estado del Bienestar. Qué país, Miquelarena...