Alguna pequeña alegría tenía que tener el ministro de Fomento, José Blanco, después de dos semanas de disgustos generados por los recortes de Zapatero en varios frentes, entre ellos su ministerio. Por fin, después de cinco largos años de trabajo, se inaugurará la Ronda Exterior Sur de Valladolid, el tramo entre el polígono de San Cristóbal y la autovía Salamanca-Valladolid-Burgos. Será el sábado cuando se den cita en la “nueva ronda” todas las autoridades competentes en las cosas de fomento.
Las obras estaban prácticamente acabadas hace ya algún tiempo, con todas las señalizaciones en orden y las rayas pintadas como mandan los cánones. También las salidas, las entradas, las rotondas adyacentes y todo ese galimatías asfáltico propio de las modernas infraestructuras. Si no se ha inaugurado ya ha sido por los misterios insondables que suelen oscurecer estos asuntos, que habitualmente tienen que ver con la apretada agenda del ministro.
No es la primera vez que una infraestructura tarda en ponerse en marcha semanas, y hasta meses, por las muchas ocupaciones del ministro de turno. En este caso, de José Blanco. Porque un ministro está, entre otras cosas, para que se le vea en la foto. Y no es cuestión de perder ahora, precisamente ahora, ninguna oportunidad de brillar, aunque en la autovía se acumule la maleza y las pintadas de los “graffiteros” sin que la hayan estrenado los vehículos. Estábamos esperando a Don Pepe y, por fin, va a llegar, aunque el socialista Mario Bedera, ayer mismo dijera que aún no sabía ni el día ni la hora de la inauguración.
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