Al fiscal jefe del Tribunal Penal Internacional (TPI), Luis Moreno-Ocampo, le quedan aún un par de años para retirarse, pero puede que haya encontrado un sustituto prematuro: el suspendido juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón, quien ya está plenamente incorporado como asesor suyo en el TPI. Y es un dato realmente curioso, porque ha sido la terquedad del propio Moreno-Ocampo la que le ha conseguido ese destino a Garzón cuando nadie daba ni un euro por el juez-estrella.
No obstante, y todo hay que decirlo, para la llegada de Garzón al TPI ha tenido mucho que ver también la presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, íntima amiga del suspendido juez español. Ella -nos dicen- es quien ha movido los hilos para que, una vez desahuciado en España, recalase en el TPI. Y dicen más: que Garzón tiene puesta su mirada en la sucesión de su otro benefactor Moreno-Ocampo. Es decir, que es más que probable que opte a la Jefatura de la Fiscalía del TPI. De ser ciertas esas sospechas, los roces entre Garzón y Moreno-Ocampo podrían comenzar en breve.
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