Mientras se hunde Zapatero, el Partido Popular sigue anclado en sus torpezas. La mayor, seguramente, no saber hacer llegar a la ciudadanía sus propuestas para superar la crisis.
Hundido por sus contradicciones, errores y su incompetencia, el presidente del Gobierno tiene un futuro negro en las urnas, tan negro como el del país, no sólo de su economía, sino también de su situación social y de su estabilidad política.
Si se produce el cambio, como todo indica, en las próximas elecciones, adelantadas o no, será más porque Zapatero las habrá perdido que por los aciertos del partido de Rajoy.
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A estas alturas, no se explica como la mayoría de los ciudadanos conoce más las grandes pifias del presidente, que les afectan directamente en sus bolsillos, que las medidas concretas que propone el principal partido de la oposición para salir de esta dramática situación.
No sería justo negar que el Partido Popular, de alguna forma y en lo posible, las tiene estudiadas, como ha adelantado, a muy grandes líneas, en el Parlamento, pero pese a todo siguen siendo insuficientes y casi desconocidas del gran público.
Y esto es una grave torpeza de una formación política que quiere ser alternativa de gobierno y que es probable le toque asumir esta responsabilidad en tiempos sumamente difíciles. Una torpeza, porque el ciudadano debe saber lo que vota y porque es la mejor forma de ganarse la confianza que necesita urgentemente el país.
Las elecciones no se deben ganar porque la gente huya como gato escaldado de lo que ya conoce, sino porque sabe hacia dónde va o se le lleva.
Si (
No(
