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Carrera de cojos

Carrera de cojos

martes 08 de junio de 2010, 22:01h

   Gobierno, patronal y sindicatos se miran a los ojos con cara de reto, se gruñen un poco, se amagan, discuten entre ellos de legitimidades, representaciones y proyectos. Se acusan de inmovilistas pero cuando se ponen de pie los tres están cojos. Cada uno hace lo posible por llamar feo al contrario pero nadie admite su cara deforme ante el espejo.

   Los sindicatos han convocado el día de furia para demostrar que aún les queda fuerza después de un 1 de mayo al que asistieron más medios de comunicación que manifestantes. El Gobierno quiere demostrar fortaleza para que en Luxemburgo no le cateen en junio; y la patronal tiene que demostrar que toma las medidas adecuadas a pesar de que al frente tiene a un señor que se ha cargado dos empresas de cierta importancia. Aquí, por alardes que no quede, si es por presumir montamos otro desfile ante el Kremlim y sacamos a los más pelotas con las medallas en el pecho para que la gente sepa que el circo ha llegado al pueblo. Cojos todos, impedidos cada uno en su función pero que intentan hacernos creer que son cada uno de ellos el recambio que necesita occidente.

   Se preguntaba Felipe González hace unos días si acaso el poder económico no está por encima del político en este momento. ¿Sólo en este momento?, algo le tiene que haber pasado a FG para darse cuenta de la realidad. Habría que preguntarle si no pasaba igual durante sus mandatos y si tuvo alguna "valiente" actuación en contra de la banca o de los mercados. El mal existe, nos hemos dado cuenta al comprobar que detrás de Madoff había otros golfos que trabajaban para el lado oscuro con entusiasmo. Hemos visto el resultado de sus tropelías en Grecia y en Hungría y quizá en el Reino Unido, pero allí son más elegantes para reconocer que han sufrido una chapuza contable.

   Durante años hemos alimentado, consentido y mantenido a una cuerda de delincuentes que manipulaban balances igual que los niños hacen figuras con la plastilina, y encima había que darles escolta para que cruzaran la ciudad a bordo de coches oscuros que se abrían paso entre el tráfico.

   En otras circunstancias la convocatoria del martes habría sido una huelga, pero esta vez ha tenido algo más de acto de simulación para que no veamos lo mal que camina el cojo (los sindicatos). También en otras circunstancias la patronal habría alcanzado un pacto que se le resiste desde hace dos años porque se les ve la patita cuando hablan de abaratar el despido. Y, en otro escenario, el Gobierno habría aplicado una solución distinta a la crisis, y eso que Zapatero decía que iba a ser "una salida de izquierdas". La oposición mira el espectáculo porque ni siquiera está para echar carreras.

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